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De arresto y enseñanza

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@| Como docente y ex preso político siento que algo debo opinar sobre lo ocurrido en el IAVA, cuando integrantes del gremio encapuchados sacaron por la fuerza alumnos simulando una detención durante la dictadura militar.

Como docente pienso que se ha llegado a un caos tal en Secundaria que muy poco se puede aprender. El incidente que comentamos ocurrió en medio de una ola de paros y ocupaciones de la dictadura de la minoría sindical del gremio docente, con cualquier pretexto, porque como ya he señalado es una “secundaria en disputa” entre los sectores ultraizquierdistas y los jerarcas del frente gobernante.  

Asombra la pasividad de los estudiantes perjudicados en su aprendizaje, y por tanto en su futuro, y de sus familiares. Más aún el de quien puede hacer algo para poner coto a esto, ya sea autoridades de la enseñanza o de gobierno, o parlamentarios de la oposición , salvo contadas excepciones.
Sobre lo del IAVA me pregunto ¿no tenían otra forma más pacífica de invitar a una marcha? Sin excusar en nada a la dictadura, en la que se cometieron todo tipo de arbitrariedades: 

¿Cuándo fue arrestado un estudiante en clase? No lo recuerdo. Y jamás, que yo sepa, los que detenían estaban encapuchados. Encapuchaban, a veces por mucho tiempo a quien detenían.  

¿La dirección del liceo estaba en conocimiento de esto? Algunos profesores sí, porque ellos mismos lo han dicho y hasta publicado fotos en redes sociales. ¿Alguien pensó en cómo podía afectar la salud de alguno de los alumnos que no estaban enterados? ¿Alguien tuvo en cuenta que podía haber una reacción violenta de algún alumno en defensa del “detenido”?
Principalmente: ¿es esto lo que debe ocurrir en un aula, o a ella se asiste a aprender en un ambiente pacífico, lo más agradable posible?
¿Quién defiende el derecho de los que no están de acuerdo con que se hagan estas cosas? 

Y la más importante, ¿qué sigue? ¿Todo está permitido en las aulas? ¿Los participantes no recibirán ninguna sanción por una acción claramente violatoria de la laicidad y con ribetes violentos? 

Los ciudadanos ya no solo nos sentimos indefensos frente a la delincuencia, sino que también sentimos que nuestros hijos y nietos están indefensos ante la manipulación, adoctrinamiento, “lavado de cerebro” en las aulas.

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