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Antes de que sea muy difícil revertir

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@|En un excelente editorial del 3 de abril de 2021, titulado “Antes de que sea demasiado tarde”, la Directora de este Diario, Sra. Julia Rodríguez Larreta, manifestó su preocupación por el serio riesgo de impacto ambiental que implica el emisor subacuático de aguas cloacales e industriales que va arrojar al Río de la Plata 2 millones y medio de metros cúbicos de aguas cloacales e industriales de 4 millones y medio de personas y de miles de industrias, por día, colectando los efluentes de las cuencas de los ríos Matanzas y Riachuelo.

En ese editorial agregaba “lo que hasta ahora se conoce es lo opuesto a tranquilizador, a pesar de que debería ser una garantía que el actual Canciller Bustillo, haya sido Embajador del Uruguay (2005-2010) en los tiempos en que los argentinos armaron el proyecto. El mismo fue rubricado en 2009 bajo el gobierno de Tabaré Vázquez. A su vez, Bustillo fue luego Presidente de la Comisión Administradora del Río de la Plata (2010-2012)”. Y agrega, “Pero la verdad es que no resulta satisfactorio cuando el director de la DINAMA, Eduardo Andrés, habla de que “es un tema pendiente, que la información que se posee es más que nada periodística y que su cartera no ha tenido más acercamiento a la información (El País, 29.8.2020). Ni tampoco lo es que como argumento que García, el actual presidente de nuestra Delegación en la CARP diga que “confía en que a la hora de funcionar se cumpla con las provisiones relativas a la protección del medio ambiente y del agua del Río de la Plata (El País, íbidem)”. Y terminaba ese editorial expresando: “Urge entonces, tomar precauciones que eviten problemas antes de que empiece a funcionar”.

Cabe preguntarse: ¿qué ha pasado desde este editorial? Y la respuesta es que la delegación uruguaya ante la CARP planteó la constitución de un comité de expertos para efectuar un monitoreo permanente de las aguas del Río de la Plata, lo que fue desechado. Porque hacer monitoreo ahora, no tiene sentido y después, sería tarde, porque si se verifica que la planta de tratamiento no elimina elementos químicos como el nitrógeno y el fósforo, que son caldo de cultivo de las cianobacterias, sería muy difícil revertir su funcionamiento.

Si a lo que antecede se agrega que se llamará a licitación para el otro emisor denominado Berasategui que verterá 3 millones 800 mil metros cúbicos de esas aguas diariamente, no corresponde otra cosa que denunciar la actitud omisa de la Cancillería y del Ministerio de Ambiente.

Fue una nutrida misión a Glasgow a la Conferencia sobre Cambio Climático y nos parece bien. Pero nos parece muy mal que no se haya considerado el planteo que venimos formulando, desde hace dos años, con el Embajador Orlando, de contratar, financiado por el Banco Mundial, una consultora independiente para que informe sobre la eficacia del sistema de tratamiento de las aguas y, si verifica que las observaciones formuladas por distintos científicos son ciertas, se tomen las medidas correspondientes.

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