@| No deja de sorprenderme la “condición humana”. Por estos días son muchos los comentarios en redes sociales y prensa en general de personas que saludan elogiosamente el cumpleaños numero 100 de la revolución de octubre, cuando Lenin y sus seguidores conquistaron el poder en Rusia y asesinaron a toda la familia zarista.
Es comprensible, debido al secreto y la poca información que circulaba hace 50 o 60 años al respecto de lo que sucedía en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS, sumado a la ideología y al sentimiento empático que despertaba, que creyéramos que ese era el futuro a lograr, para eliminar la desigualdad y la pobreza del mundo.
Hoy, sabiendo lo que se sabe, divulgado por libros y estudios objetivos hechos por investigadores e historiadores, como por ejemplo “El libro negro del comunismo”, donde se da cuenta de los más de 100 millones de vidas inocentes, mujeres y niños, que costó la implantación por la fuerza en el mundo de esa ideología, sumado a que se extinguió por implosión, eliminado por los propios ciudadanos de la mayoría de los países donde había florecido, sobreviviendo apenas en Corea del Norte, Cuba y parece que en Venezuela. Pero además se ha comprobado por los hechos que no pudieron cumplir con las hermosas promesas de eliminar el hambre y la desigualdad, sino que las han agravado, y sin embargo fue su enemigo ideológico “el capitalismo” el que poco a poco mejora las condiciones de vida, hecho comprobado por organismos internacionales fuera de toda sospecha propagandística. Solo a modo de ejemplo, China en los últimos 15 años de capitalismo salvaje quitó de la pobreza y del hambre extrema a cientos de millones de su población.
Sin embargo, reitero, me sorprende los elogios divulgados hoy día a esa revolución. No logro darme cuenta por medio de qué procesos mentales personas cultas siguen defendiendo lo racionalmente indefendible.