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Alternativas a la repetición escolar

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@| Si con el gran reformador de la Escuela Pública, José Pedro Varela, impulsor de la Ley de Educación Pública, laica, gratuita y obligatoria coincidimos en que: “la Educación, como la luz del sol, puede y debe llegar a todos”, las condiciones en que se imparte y en cómo se evalúan los conocimientos adquiridos, debe ser en todo caso (más allá del partido político que gobierne) una prioridad, pues sólo una educación pública de calidad facilitará la verdadera inclusión social. Esto hace nada menos que, a las oportunidades futuras que habrán de poseer un gran número de estudiantes, cuyo paulatino progreso, se espera en tiempos determinados. Esto supone por parte de las autoridades responsables de conducir el sistema establecido, un seguimiento en la trayectoria académica de cada uno de los alumnos, en cada una de las etapas que habrá de sortear. Se trata ni más ni menos, que de la proyección de cada estudiante en su tránsito para adquirir conocimientos, destrezas y habilidades, que le permitirán o no insertarse en el mercado laboral y a la postre, en la sociedad de la que forman parte.

La reciente decisión del CODICEN de poner fin a la “repetición automática”, esto es que los alumnos ya no lograrán la promoción o repetición evaluándose su cantidad de faltas o de materias con rendimiento insuficiente, sino que serán evaluados a partir del próximo año lectivo, por una decisión del “colectivo docente”, supone una decisión no menor, al momento de definir o no el pasaje de grado, y nos lleva a considerar si, en la actualidad están dadas las condiciones para aplicar esa alternativa a la repetición tradicional. Pues esta novel forma, adoptada a pocos meses de asumir las nuevas autoridades de un nuevo gobierno nacional, puede parecer dictada a destiempo, cuando en materia educativa debiera adoptarse también y a nuestro leal entender una “política de Estado”, pues estimamos que hace nada menos que a la formación de los futuros ciudadanos que, en su momento tendrán no sólo la obligación de expresarse en las urnas, sino de integrar los cuadros de los partidos políticos que lo conduzcan.

En Primaria se ha dado el caso de una muy baja repetición, pero en Ciclo Básico de cada diez estudiantes que repiten, nueve de ellos abandonan y las Pruebas Pisa tomadas a estudiantes a sus quince años de edad en liceos públicos y Universidad del Trabajo, muestran esa realidad. Si al rezago por repetición con los riesgos que el desfasaje conlleva, le agregamos la falta de comprensión lectora, la preocupación es aún mayor. La evaluación en tres áreas temáticas básicas como lectoescritura, ciencias y lógica, será más importante que la evaluación de cada asignatura y a ello tendrán que adaptarse los docentes de este nuevo tiempo, quienes tendrán que seguir desde muy cerca cada trayectoria, porque a nadie escapará que a cada alternativa a la repetición, nos encontraremos con un gasto/inversión que realizar en personal capacitado para brindar ese apoyo o seguimiento.

Hasta el momento y pese al gran esfuerzo presupuestal destinado, los resultados obtenidos en los desempeños básicos, distan de ser los esperados. Será una gran tarea lograr mejorarlos.

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