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Achique de homicidios

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@| Quienes escuchamos conversaciones en bares, ómnibus, salas de espera de policlínicas y puertas de escuelas (entre otros lugares) nos enteramos del fallecimiento de gente tanto víctimas de la delincuencia o delincuentes, días, semanas o meses después de haber sido heridos.

Y esas muertes no se reflejan en las estadísticas ni siquiera en la de Fundapro porque la saturación de trabajo de la fiscalía y la costumbre, lleva a que la mayoría de los casos no se sigan y menos si se trata de delincuentes en los que ni siquiera la familia acompaña, a veces por cansancio a veces por temor a que quien dejó inconcluso un asesinato lo quiera culminar.

Y últimamente esos casos se han incrementado notoriamente por lo que se deben tomar con pinzas los números que se manejan y achican una situación que es mucho más grave de lo que parece.

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