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Accidente de los Andes y murga de mal gusto

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@| Hace ya casi 47 años de este hecho histórico que enlutó a miles de uruguayos, terminando con la vida de tantos jóvenes, familiares y tripulación, embargándonos en ese momento de un tremendo dolor que aún persiste, atenuado por la sabiduría de una naturaleza que hace que el tiempo alivie las heridas. Dije alivie, pues en la memoria quedan los recuerdos de esas vidas tempranamente truncadas. Al mismo tiempo nos queda el profundo agradecimiento a Dios, de que pudieron salvarse dieciséis vidas.

Este hecho, universalmente aceptado como milagroso por la extraordinaria capacidad de supervivencia y fuerza moral que tuvieron estos chicos que recién empezaban a vivir, se fue convirtiendo con el tiempo en un fenómeno mediático que tomó una dimensión de inusuales proporciones, trascendiendo a través de películas, libros, charlas, obras de teatro, etc., que han despertado con razón la admiración del mundo entero, pero también han caído en algunos casos en un nivel de bajeza, indiscreción e infidencia, que despierta el rechazo más profundo.

Si bien es comprensible que se haya hecho saber al mundo la proeza de la que hablamos, dio también lugar a despertar la morbosidad y curiosidad popular por saber detalles de los recursos a los que acudieron los chicos para su sobrevivencia, pasando la historia de ser el milagro de los Andes a un suceso por momentos poco respetuoso.

Los que recordamos los hechos, sabemos que es sólo cuestión de tiempo para que padezcamos una vez más el surgimiento de una noticia que reflota la historia pues siempre hay alguien interesado en reavivarla, impidiendo que las familias de los fallecidos puedan dar vuelta en forma definitiva, la página de su duelo.

Como testigo de todos esos hechos desde su inicio, de la tristeza vivida, la búsqueda, la incertidumbre y desazón, nunca he podido dejar de pensar en la angustia de padres, hermanos y amigos, que han tenido que revivir mil veces la muerte de su ser querido, cada vez que sale a luz este suceso. Sobre todo, cuando se pasa a la falta de respeto y el derecho a la dignidad, cuando es en verdad un hecho trágico acontecido en la vida real. 

Es el caso de lo ocurrido estos últimos días con la murga “Los Muchachos 2019” – en su parodia “El reencuentro de la sociedad de la nieve”, que hace humor negro de una historia que de gracioso no tiene nada, al ser una situación límite de muerte, hambre, frío y desolación. Todas las referencias a las que acuden para divertir a la gente son patéticas y el público con sus aplausos y sus risas, lo único que muestran es la declinación de la cultura de un pueblo oriental que supo ser un modelo de cortesía y educación. Esto no debería ser permitido por las autoridades competentes, aplicando una censura a los responsables del hecho. 

Como resumen final, me queda la certeza de que somos muchos quienes mantenemos en alto el recuerdo de esos seres queridos que formaron parte de nuestras vidas, defendiendo sus derechos, respeto y dignidad, pidiendo a Dios que tengan la oportunidad que merecen, de descansar en paz.

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