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“Maquillada soberbia”

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Es muy fácil sentarse a decir lo que está mal, fácil ver cómo se equivoca el que hace”, con estas palabras el presidente del FA Javier Miranda inauguró el sábado último el Congreso del Frente Amplio que por dos jornadas consecutivas sesionó en el Palacio Peñarol.

Es muy fácil sentarse a decir lo que está mal, fácil ver cómo se equivoca el que hace”, con estas palabras el presidente del FA Javier Miranda inauguró el sábado último el Congreso del Frente Amplio que por dos jornadas consecutivas sesionó en el Palacio Peñarol.

Miranda hizo un llamado a sus correligionarios para trabajar por un cuarto gobierno de la coalición de izquierda en 2019. “¡Qué se agarre la derecha! ¡Porqué hay Frente Amplio para mucho más!”, sentenció.

El discurso de Miranda, un hombre autoproclamado independiente y asociado con los sectores moderados del oficialismo, no pudo evitar caer en la soberbia que ha caracterizado siempre a la izquierda uruguaya y que se ha visto exacerbada desde su llegada al gobierno. Desde entonces hemos escuchado hasta el hartazgo discursos mesiánicos y fundacionales de los que hoy gobiernan, como si el Uruguay democrático hubiese surgido de las elecciones de 2004.

Al parecer, los dichos de Miranda resultaron poco y la declaración final del Congreso, tras anunciar que en marzo irán por una reforma de la Constitución, arremetió contra la oposición y sostuvo que “la derecha empezó a maquillarse nuevamente para transformarse en alternativa, aprovechando los nichos en los que su hegemonía no ha sido tocada o donde conservan en los esencial su fuerza: el poder económico y el mediático (…) La nueva derecha procura de manera sutil apropiarse de los temas sociales, generando un discurso pragmático y pretendidamente desideologizado”.

Se fustiga a la oposición por ejercer su rol y se la intenta caricaturizar por denunciar irregularidades y presuntos casos de corrupción registrados en la administración Mujica. Se habla de operaciones de prensa y campañas pergeñadas por mentes satánicas a nivel continental. Al parecer, los congresales frentistas no se han enterado que el populismo está en franco retroceso en la región.

Con excepción del presidente Tabaré Vázquez, que mantiene una fluida relación con su colega Mauricio Macri, desde el FA ignoran que los argentinos, hace ya un año, hartos de la prepotencia y la corrupción, eligieron a un nuevo presidente y pusieron fin a una década de robos escandalosos y sin precedentes, en un país que, lamentablemente, conoce de gobiernos corruptos.

Tampoco se enteraron que Dilma Rousseff fue destituida por coletazos del escándalo de Petrobras, y que el PT de Lula y de la ex presidente, sufrió su peor derrota electoral en 20 años en los comicios municipales de octubre pasado. Ignoran que en Venezuela hay presos políticos y que el pueblo clama por el fin del mandato de Nicolás Maduro.

Nada dijo el Congreso sobre los temas de seguridad. No hay referencias a la educación. Ambas áreas cuentan con el mayor presupuesto de las últimas décadas y arrojan los peores resultados de la historia. Un reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) fue categórico con el gobierno de la enseñanza en Uruguay: carece de transparencia en el uso de sus recursos y sufre una falta de liderazgo que hace difícil implementar los cambios necesarios. De de los temas que importan verdaderamente y en los que se juega el futuro del país, no hablan. Total es cosa de la sutil y maquillada derecha.

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Diego Fischer

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