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Voló a su leyenda

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RUben Loza Aguerrebere

Hace 65 años, los radares de la Resistencia perdieron el rastro de uno de sus aviones Lightning P38 en el Mediterráneo; entonces la leyenda de su piloto, Antoine de Saint-Exupéry, comenzó a mezclarse con las páginas del más memorable de sus libros, "El principito."

Baste recordar que Antoine de Saint-Exupéry se unió a las tropas aliadas en 1943 y participó en diversas misiones. El 31 de julio de 1944 despegó en Córcega, volando un avión adaptado para tomar fotografías aéreas, en una misión especial: sobrevolar el sur de Francia, ocupada por tropas alemanas, para preparar el desembarco aliado en el sur del país. Pero no regresó nunca. En un memorable artículo necrológico, Henry Bordeaux, despidiéndolo, dijo que aquel vuelo fue: "una muerte ascendente, un verdadero despegue". Subió a su leyenda. Porque hablamos del autor de "El Principito", el libro más difundido del mundo después de la Biblia y el Corán.

En el número 8 de la calle Alphonse Fochier, en Lyon, que antes se llamaba Rue de Peyrat, hay a la entrada una placa oval, que informa: "Aquí nació Antoine de Saint-Exupéry, el 29 de junio de 1900". Sus padres fueron el conde Jean de Saint-Exupéry y Marie Boyer de Fonscolombe. Antoine quedó huérfano de padre a los cuatro años. Cursó estudios en la Escuela Naval, pero no los terminó; hizo el servicio militar en la aviación, obteniendo el título de piloto aviador. Ingresó en la Compañía Latécoère (más tarde sería "Air France") y, posteriormente, fue destinado a Cabo Juby. Designado en Buenos Aires director de la compañía "Aeroporta Argentina", estableció la comunicación aérea entre Buenos Aires y la Patagonia. Más adelante, como piloto de pruebas, llevó a cabo raids aéreos como el París/Saigón y el de Nueva York/Tierra del Fuego.

El primer libro de Saint- Exupéry es de 1929; se trata de "Correo del sur", pero la fama le llegó en 1931 con la novela "Vuelo nocturno", que tenía un prefacio generoso de André Gide, y ganó el Premio Femina. Este mismo año el escritor se casó con Consuelo Suncín Sandoval, una mujer viuda, de gran belleza, que se había casado con el famoso periodista Enrique Gómez Carrillo. Ella heredó propiedades en París, Niza y en la Argentina.

Hacia 1939 publicó "Tierra de los hombres". Y, al estallar la Segunda Guerra, inhabilitado para el servicio militar, Saint- Exupéry consiguió intervenir en la contienda como piloto de reconocimiento. Al caer Francia, en 1940, se marchó a Nueva York. Escribió en 1942 "Piloto de guerra", y, un año más tarde, en una edición en idioma inglés, dio a conocer su hermoso cuento infantil, "El principito". Este libro clásico es, con honor, el mayor "best seller" de las letras francesas.

Es un libro de lectura imprescindible. No hay quien no lo conozca. Se sucede de generación en generación. Las emociones de este personaje han traspasado todas las fronteras, y su criatura sigue siendo un ser vivo. Quien leyó sus andanzas (lo sabe mi lector) le recordará siempre.

Quizá exista una explicación para estos recuerdos plurales, que vuelven a nosotros cuando tomamos el libro y sentimos una mano niña en nuestro corazón. En ese momento pensamos, quizá, como "El Principito", que: "las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones".

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