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Relatos salvajes

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La película Relatos Salvajes de Damián Szifron se ha convertido en la más taquillera de la historia del cine argentino, con casi dos millones y medio de espectadores que la vieron desde su estreno. El “boca en boca” fue el mejor aliado de este film: las buenas críticas recibidas y la recepción del público impulsaron a que todos quieran verlo. Durante la presentación en Argentina, Szifron dijo que esa producción cinematográfica es “una mirada crítica sobre la sociedad”, mientras manifestó que sus historias se basan en “la distorsión que produce la crispación en los ciudadanos, en los vínculos familiares y en las parejas”. Por aquí este film ha sido también un éxito, lo que demuestra que nuestro público y el argentino suelen compartir los mismos códigos en muchos gustos y temas. Y acaso, una misma sensibilidad.

La película Relatos Salvajes de Damián Szifron se ha convertido en la más taquillera de la historia del cine argentino, con casi dos millones y medio de espectadores que la vieron desde su estreno. El “boca en boca” fue el mejor aliado de este film: las buenas críticas recibidas y la recepción del público impulsaron a que todos quieran verlo. Durante la presentación en Argentina, Szifron dijo que esa producción cinematográfica es “una mirada crítica sobre la sociedad”, mientras manifestó que sus historias se basan en “la distorsión que produce la crispación en los ciudadanos, en los vínculos familiares y en las parejas”. Por aquí este film ha sido también un éxito, lo que demuestra que nuestro público y el argentino suelen compartir los mismos códigos en muchos gustos y temas. Y acaso, una misma sensibilidad.

Es el desborde de la conducta humana por razones diversas en situaciones que conllevan inevitablemente a la violencia, muchas veces demente, irracional y liberadora. Desde mi punto de vista es una película despareja, muy bien filmada y actuada, pero con aspectos de su argumento en algún caso tramposos. Me interesa ahora abundar en esa supuesta mirada crítica que su director invoca . En imagino una posible versión uruguaya de relatos pautados por la violencia cotidiana, la insanía y la transposición de límites que convierten a personas comunes en salvajes protagonistas del deterioro de la convivencia.

Quizá nuestro Szifron podría inspirarse en la triste y patética historia de un jubilado que agoniza en una unidad de emergencia móvil sin poder ingresar a un hospital público para ser tratado, hasta que muere miserablemente en la camilla de la ambulancia. También puede servirle el reciente episodio ocurrido en un ómnibus de transporte colectivo, en el cual uno de los pasajeros es asesinado a mansalva de siete balazos, al tiempo que —sin comerla ni beberla— un tiro de yapa hiere en la pierna a una joven profesora de educación física porque la víctima pretendió usarla como escudo humano. Son los tiempos de los ajustes de cuentas que han instalado una nueva categoría del asesinato. Un tercer episodio para nuestros Relatos Salvajes puede ocurrir en los accesos a Montevideo —otra vez con un ómnibus involucrado— cuando dos menores condicionados por la fractura social se enfrentan al vehículo y la emprenden a pedradas contra el rodado, le rompen el parabrisas y lastiman al chofer en la cabeza que, milagrosamente, no pierde el control del vehículo cargado de personas tan asombradas como inocentes. Una de ellas también resulta herida por una piedra. Ni que hablar que la muerte de una quinceañera en las inmediaciones de un baile a raíz de una bala perdida en una refriega entre bandas rivales, o la maestra de una escuela atacada a golpes por la madre de un alumno integrarían sin dudas ese guión terrorífico.

Podría seguir aportando hechos que se suman con naturalidad a ese catálogo de horrores que cada día nos aturde, pero prefiero detenerme.
Todo lo que acabo de describir aparece cada noche en los informativos televisivos, y se trata de nuestro cotidiano cinema verité que, como en el film de Szifron, también incluye episodios de corrupción, abusos de poder y otras miserias reales que darían para armar una película interminable. Una película violenta y salvaje que relata sin piedad y en plan documental los padecimientos de una sociedad desintegrada.

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