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Pequeños héroes

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Todos los días tomamos conocimiento de noticias de la crónica policial que involucran niños y jóvenes. Algunos derivados del ámbito de la droga, otros de hurtos y rapiñas, así como toda una serie de hechos de violencia de orígenes diversos. Las fuerzas del orden luchan contra todo esto aunque con dificultades enormes, con escollos difícilmente superables, especialmente cuando están bajo las órdenes de personas cuyo desempeño no satisface, como ocurre con el ministro del Interior actual.

Pero curiosamente, es en el seno de esta sociedad inquietante de hoy, que surgen episodios de valentía infantil que demuestran que en cuestiones de la juventud uruguaya no todo está perdido ni mucho menos. Días pasados un bote naufragó en los lagos del río Negro. Allí iban tres pescadores adultos y un niño, para quienes una tarde de recreación se convirtió en tragedia, ya que perdieron la vida tres pescadores deportivos, por fortuna no ocurriendo lo mismo con el niño de apenas diez años, hijo

Todos los días tomamos conocimiento de noticias de la crónica policial que involucran niños y jóvenes. Algunos derivados del ámbito de la droga, otros de hurtos y rapiñas, así como toda una serie de hechos de violencia de orígenes diversos. Las fuerzas del orden luchan contra todo esto aunque con dificultades enormes, con escollos difícilmente superables, especialmente cuando están bajo las órdenes de personas cuyo desempeño no satisface, como ocurre con el ministro del Interior actual.

Pero curiosamente, es en el seno de esta sociedad inquietante de hoy, que surgen episodios de valentía infantil que demuestran que en cuestiones de la juventud uruguaya no todo está perdido ni mucho menos. Días pasados un bote naufragó en los lagos del río Negro. Allí iban tres pescadores adultos y un niño, para quienes una tarde de recreación se convirtió en tragedia, ya que perdieron la vida tres pescadores deportivos, por fortuna no ocurriendo lo mismo con el niño de apenas diez años, hijo de uno de los fallecidos y sobrino de otro.

El niño, habiendo sido instruido debidamente en natación y técnicas de supervivencia supo llegar a la orilla nadando y nadando, así como haciendo escalas de descanso que evocó de las clases de piscina que le había impartido la profesora Paola Carrión.

En medio de la terrible tragedia vivida por el infante, se destaca su comportamiento valeroso que refleja una educación admirable y la realidad de que sin lugar a dudas se trata de un joven que aun viviendo inmerso en la sociedad actual, forma parte de la legión de los que afortunadamente no han sido minados física y psíquicamente por la droga y otros riesgos que nos acechan.

Este episodio ocurre en el año del 85º aniversario del incidente que tuvo como personaje central a Dionisio Díaz, de nueve años y a partir de allí recordado como el “pequeño héroe del arroyo del Oro”. La historia es conocida: en un acto demencial el abuelo de varios niños se lanzó a matar, eliminando a la madre e hiriendo a Dionisio quien se vendó precariamente con una sábana, cargó en brazos a su hermana menor y tras caminar siete kilómetros entregó a la beba en la comisaría del poblado del Oro (Mendizábal). Luego murió.

Es oportuna esta evocación de quien aunque muerto en su infancia, puede ser considerado figura paradigmática del Uruguay de todos los tiempos. Un ejemplo de amor, valor y entereza para los uruguayos de todas las edades y en particular para los niños que viven actualmente en un mundo tan diferente al del año 1929 pero que en el fondo tienen que enfrentar toda clase de desafíos básicamente no disímiles, en lo anímico, a lo que enfrentó el pequeño Dionisio y lo que superó con valentía el chico de los lagos del río Negro.

Actos que surgen impolutos en el seno de esta sociedad inquietante del siglo XXI y que merecen ser expuestos ante la juventud contemporánea. Actos que justifican ser planteados en institutos de enseñanza y hasta en los centros de reclusión de menores, para que sirvan de ejemplo.

En una sociedad que, desesperada, ve menores de edad matando y muriendo por un puñado de pesos o por una dosis de pasta base, nada más oportuno que mostrar otro camino posible: el de encaminarse por la ética del estudio y el trabajo, pudiendo jugarse por cosas humanas, valederas, trascendentes. Por desafíos que se abren al discernimiento de cuál es el camino correcto.

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Álvaro Casal

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