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Lo imposible de medir

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El hecho más esplendoroso del Universo, la vida humana que nos rodea, se valora en función de lo que se aprecia, una estimación que depende de la cultura ambiente.

El hecho más esplendoroso del Universo, la vida humana que nos rodea, se valora en función de lo que se aprecia, una estimación que depende de la cultura ambiente.

El desarrollo de la imaginación, la sensibilidad, la captación del otro, hacen que en la medida en la cual más se aprecia la existencia propia, más se aprecie la existencia de cada uno de los semejantes. Mi abuela, cuando oía que se despotricaba sobre una mala acción, atenuaba: Todos son hijos de madre.
La ley del talión, una invención genial, midió sin determinar ningún número, simplemente, por el valor comparado de dos entes iguales: la vida ajena y la propia. Postuló entonces, todas las vidas valen lo mismo y por consiguiente: el que mata, muere; y después extendió lo sabio de su principio, estableció una aplicación general: ojo por ojo y diente por diente, fuera cual fuera el mal inferido, fuera un daño tanto material, como inmaterial
A lo largo de los siglos, se refinó lentamente este modo de ser de la gente y se desarrolló en las naciones más evolucionadas, el humanismo; el terceto citado (imaginación, sensibilidad y percepción del otro) repudió cada vez más, la cruda igualdad de los daños a imponer como castigo, en ocasión de hacer justicia; se repetía a sangre fría, lo cometido por el delincuente. Se sintió que la reciprocidad del daño, era una venganza, vale decir, la satisfacción de un sentimiento muy bajo. Con el castigo, la sociedad copiaba al malhechor, duplicaba su maldad y punto.
La mejoría moral de la especie no ha terminado de cumplirse ni mucho menos, pero hay progresos de la mayor importancia, en vías de imponerse, como es el caso de suprimir paulatinamente, la pena de muerte; y otros preciosos procesos logrados plenamente, como ha sucedido con la esclavitud, hasta borrarla del mapa.
No fue, ni es fácil medir el valor de una vida humana que es el todo para quien pierde su existencia.
Repaso estas elementales y serias consideraciones, a propósito de una mera sentencia judicial muy difícil de entender del todo. “Un tribunal del estado de Florida condenó a RJ Reynolds Tobacco Gompany a pagar 23.600 millones de dólares por daños y perjuicios a la viuda de un fumador de larga data que murió de cáncer de pulmón.
El fallo, uno de los más duros en la historia en relación a una demanda individual, incluye también una compensación de más de l6 millones de dólares para la inmobiliaria del fallecido, Michael Johnson.” (Fuente: El País, 21/7/2014).
Este fallo inaugura un modo nuevo de estimar la vida; en clave de capital. Es un modo capitalista de matar homicidas mediante un talión dinerario: un castigo fulminante que mata a quien mata (la empresa que fabrica cigarrillos), sin matar a nadie; quitándole al accionista su fortuna y el fruto de su delito, no previsto en el código penal por ser muy reciente la conexión causal entre el tabaquismo y las enfermedades mortales que provoca.
Cuando se inició aquí, en el Uruguay, la campaña para aprobar una ley destinada a controlar el tabaquismo, morían, en una población de tres millones de habitantes, un promedio de quince fumadores por día y el hecho era considerado natural y sin importancia. Hombres inteligentes, de moral intachable, legislaban y contrataban con las tabacaleras como si fueran vendedoras de caramelos.
Importa detenerse en la resolución de Florida (EEUU), fundadora de una la pena terminante para el capital que extingue a sus clientes. Ese tribunal de Florida (EEUU) condenó a RJ Reynolds Tobacco Gompany a pagar una fortuna fabulosa y la consideración principal, fue:
-- “Esperamos que este veredicto sea un mensaje para RJ
Reynolds y otras grandes compañías tabacaleras que las obligue a dejar de poner en peligro la vida de personas inocentes.” Así dijo en un comunicado el abogado de la demandante Cynthia Robinson, el doctor Willie Gary.
Durante las cuatro semanas finales del procedimiento, la mujer argumentó que “RJ Reynols tuvo una actitud negligente al no informar a los consumidores sobre los riesgos de vida que enfrentan.”
Ninguno de los argumentos de la demanda es muy original, ni muy admirable. Lo insólito, creador de un avance histórico, es el fallo, que puede cambiar el mundo para mejorarlo.
Las consecuencias de la muerte de un fumador se componee sobre dos fundamentos; una acción que repara lo perdido por la esposa; además, una segunda acción de castigo, ante un daño punible generalizado que le da ganancia, al victimario. El abogado agregó:
-- “Rf Reynols tomó riesgos calculados al fabricar cigarriIlos y venderlos a los consumidores, sin informarles adecuadamente, sobre los peligros que corrían y concluyó:
-- “Por esa negligencia, el marído de mi clienta perdió la vida.”
-- “La sentencia que crea jurisprudencia fue “mucho más allá
del ámbito de la justicia y la equidad” - criticó la empresa.”
Y no es así; el fallo apoya en dos intenciones de la justicia. Fumar sigue siendo la principal causa evitable de muerte prematura; en EEUU, mata cerca de medio millón de estadounidenses cada año. Hay que terminar con eso. Este es el quid social del fallo. En un entorno al 18 % de los habitantes fuma hoy, frente al 42% que lo hacía en 1960. Es cambio muy remolón.
-- “En enero de este año, se conmemoró el 50 aniversario del primer informe médico que advirtió que fumar causaba cáncer de pulmón. Desde entonces, este hábito determinó la aparición de 13 tipos de cáncer.” Este es el fundamento sustancial de la sanción impuesta, la impaciencia por terminar con las utilidades de las tabacaleras.
La sentencia de la corte sobre RJ Reynolds se produjo apenas días después de que Reynolds American, anunciara que compraría a su rival Lorllard por una cfra multimillonaria; piensa fabricar cigarrillos electrónicos. Unas maquinitas cuya apariencia es igual a un cigarrillo, pero que en su interior tiene los medios físicos para exhalar vapores cargados de aromas, nicotina y otros menjunjes. Las tabacaleras que siguen siendo grandes potencias económicas, buscan fabricaciones menos luctuosas, aunque resulte antiestético chupar un canuto mecánico que echa vapor; una especie de mate mecánico.
La venta de cigarrillos en EEUU suman 90.000:000.000 millones de dólares por año, de acuerdo con la firma de investigación Euromonitor.
Visto lo que está sucediendo con la justicia, a razón de 23.600 millones por cada víctima, bastaría que 3.813 viudas cobraran su indemnización para que todas las tabacaleras de EEUU, cayeran en la insolvencia, entraran en liquidación forzosa y dejaran de existir a corto plazo. El hecho pende de un hilo: ¿La sentencia descrita sentará o no, jurisprudencia y todos los juzgados decidirán o no, seguir el ejemplo de este caso líder? El humo del tabaco apaga una vida cada seis segundos, en EEUU. ¿Se justifica, esperar 50 años para liquidar el flagelo?
Vuelvo al principio: ¿En un caso se valoró la vida en más de veinte mil millones de dólares. ¿Quien puede decir?: No! Es mucho! Pregúntele si es mucho, con respeto a él mismo.
Nada puede ser más eficaz contra la muerte por tabaco, que la jurisprudencia del estado de Florida: ostinato rigore; se acabaron las utilidades. La justicia se dirige a exterminar rápidamente el origen del mal: empresas liquidadas y punto.
La pregunta es ¿Basta en el Uruguay aprobar una ley para extender cada indemnización a 23.600 millones de dólares?
Esta nota continuará el próximo domingo.

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Carlos Maggi

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