Publicidad

Explotación humana

Compartir esta noticia

La oficina de Unicef en Katmandú ha alertado que problemas preexistentes podrían acentuarse debido al terremoto. Ya antes del terremoto, Nepal tenía muy altos índices de explotación infantil, tráfico de menores, abuso y violencia. Ahora, esto.

La oficina de Unicef en Katmandú ha alertado que problemas preexistentes podrían acentuarse debido al terremoto. Ya antes del terremoto, Nepal tenía muy altos índices de explotación infantil, tráfico de menores, abuso y violencia. Ahora, esto.

Casi al mismo tiempo se supo que en Nigeria pudieron ser rescatados de su esclavización algo más de doscientos mujeres y niños secuestrados por terroristas que aún retienen miles más. Entre tanto, en México, se reveló que una joven era mantenida encadenada y famélica, realizando trabajos forzados.

Solo son algunos casos de explotación humana. Estampas del siglo XXI: formas de esclavitud que subsisten, cuando cabría esperar que ya hubieran sido borradas de la faz de la Tierra. Formas de sumisión expuestas desde hace más de doscientos años, cuando John Gabriel Stedman publicó su libro sobre la esclavitud en Surinam y el parlamentario William Wilberforce logró que se prohibiera el comercio de esclavos en el Imperio Británico. Algo que también se hizo en EE.UU. en 1808, así como en el Congreso de Viena (1815).

En 1801 el esclavo François Dominique Toussaint organizó una rebelión que culminó en la promulgación de la primera Constitución del mundo, aboliendo la esclavitud y llevando a la independencia a Haití, mientras que en 1831 veinte mil esclavos se rebelaron en Jamaica y quemaron más de cien plantaciones. Pero el comercio clandestino de seres humanos siguió.

Es interesante lo acontecido en el Río de la Plata donde ya, en 1812, el Cabildo montevideano solicitó la abolición “del comercio de negros de nuestros puertos” y que los traídos de África quedaran libres al tocar nuestras costas. Disposiciones muchas veces desacatadas ya que en esta región se estaba bajo el poder español. Aun así, en 1813 la Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata votó la libertad de vientres, y poco después de la Declaratoria de la Independencia la Sala de la Florida prohibió las importaciones de esclavos, ratificando que los hijos de los esclavos nacerían libres.

Se iba hacia la desaparición de un régimen detestable, pero ello se hacía en forma gradual, a tropezones, y en 1835 el gobierno del presidente Manuel Oribe debió emitir un decreto imponiendo que en las patentes de navegación debía incluirse una cláusula prohibiendo el tráfico de negros, ya fueran “esclavos” o “colonos”. El 13 de julio de 1839 el gobierno de la República celebró un tratado con Gran Bretaña para la supresión del tráfico de esclavos. Además, los esclavos que sirvieron en el ejército en la Guerra Grande fueron declarados libres.

Todo esto mueve a reconocerle a Oribe su persistencia en procura del reconocimiento de los derechos humanos a quienes se les negaba.

Pero la verdad era que las ventas de esclavos continuaban y hasta se anunciaban en la prensa capitalina. Aunque esos mismos diarios denunciaran el tráfico ilegal. Finalmente, en nuestro tiempo podemos considerar superada aquella etapa de barbarie, aunque por ejemplo, la Organización Internacional para las Migraciones alertó que en la región existe una red dedicada a atraer mujeres jóvenes para esclavizarlas.

Como se puede concluir, la lucha por la plena vigencia de los derechos humanos continúa y debe seguir. A brazo partido.

SEGUIR
User Admin

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad