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Borges y el Uruguay

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Las palabras que transcribo corresponden a un distante diálogo que mantuve en Buenos Aires con Borges: “Yo soy medio oriental. Mi abuelo, el coronel Borges, nació en Montevideo. Inició su carrera militar a los catorce años. A los dieciséis estuvo en la batalla de Caseros, en la Cuarta División Oriental, de César Díaz. De modo que él era oriental; y tengo bastante sangre oriental por los Haedo y los Lafinur”.

Las palabras que transcribo corresponden a un distante diálogo que mantuve en Buenos Aires con Borges: “Yo soy medio oriental. Mi abuelo, el coronel Borges, nació en Montevideo. Inició su carrera militar a los catorce años. A los dieciséis estuvo en la batalla de Caseros, en la Cuarta División Oriental, de César Díaz. De modo que él era oriental; y tengo bastante sangre oriental por los Haedo y los Lafinur”.

Tras esas declaraciones, agregó: “Me he criado en Buenos Aires, en Palermo y Adrogué, y en Montevideo, en temporadas largas, en los veranos de aquella época, que duraban como tres meses. Así que quiero mucho a Montevideo, a mis amigos orientales.” Ello se refleja en su vasta y rica obra.

La vida del personaje de su cuento “Funes, el memorioso” transcurre en Fray Bentos, donde habitaba un ranchito en las afueras de la ciudad y trabajaba como trenzador. En este relato famoso, el escritor, como hizo en tantos otros, atribuyó a una personalidad conocida el conocimiento del personaje ficticio, con lo cual le daba rápidos visos de verosimilitud. En este relato dijo que el poeta uruguayo Pedro Leandro Ipuche había definido a Funes como: “Un Zarathustra cimarrón y vernáculo”.

Lo cierto es que Borges tenía en alta estima la obra poética de Ipuche. De manera especial Borges solía recordar “El guitarrero correntino”, uno de los poemas de Ipuche, que conocía de memoria, y cuyo final destacaba: “Subió al caballo con lenta agilidad”.

Benjamín Otálora, el protagonista de “El muerto”, inicia su vida hacia la muerte parando una puñalada en un café del Paso Molino. Este cuento (que fue llevado al cine) se filmó en Tacuarembó. Y en el relato “Avelino Arredondo”, Borges narra el único magnicidio ocurrido en el Uruguay, en 1897, ante la puerta del Club Uruguay, en la plaza Matriz, a la salida de la Catedral. Allí, Avelino Arredondo disparó contra el presidente Idiarte Borda, dándole muerte, y se entregó a la policía.

Dos gauchos de Cerro Largo (donde nació su amigo el poeta Emilio Oribe) son los protagonistas del cuento “El otro duelo”; esta vez Borges atribuyó la historia al hijo de Carlos Reyles.

Y bien, así como evocaba a Oribe, a Ipuche, a Fernán Silva Valdés y Pereda Valdés (que escribía sobre la negritud), Borges tenía en alta estima a Susana Soca, directora de la revista “La Licorne” y a quien dedicó un poema al morir, muy joven, en un accidente de avión. Enrique Amorín, casado con Esther Haedo, parienta de Borges, era otro de sus amigos cercanos.

Recordemos que en su poesía nos dedicó dos famosos poemas, ellos son el titulado “Montevideo”, y su “Milonga para los orientales”, a la que cierra con una cantada hermandad: “Milonga para que el tiempo/ Vaya borrando fronteras;/ Por algo tienen los mismos/ Colores las dos banderas”.

Por estos días se ha reeditado “Cuentos completos” (Debolsillo/RHM), la extraordinaria obra de Borges. Leerlo, releerlo, siempre es un placer. El lector de este lado del “río de sueñera y barro”, tiene ahora a la mano este libro que le permitirá disfrutar de relatos del maestro literario de nuestra lengua, y advertir otras tantas menciones sobre nuestra tierra.

Nacido en Buenos Aires en 1889 y fallecido en 1986, Borges recibió numerosos premios, entre ellos, el Premio Cervantes, Premio Jerusalén y finalista del Nobel de literatura durante 24 años, sin obtenerlo.

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Rubén Loza Aguerrebere

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