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Alemania en la silla eléctrica

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La crisis ucraniana puso al rojo vivo los errores de la política energética alemana. La energía renovable no es confiable y en consecuencia, provoca una peligrosa dependencia del gas ruso, recibido a través de Ucrania.

La crisis ucraniana puso al rojo vivo los errores de la política energética alemana. La energía renovable no es confiable y en consecuencia, provoca una peligrosa dependencia del gas ruso, recibido a través de Ucrania.

Por si fuera poco, la energía renovable, si se usa más allá de lo prudente, envenena la economía. Los costos de la producción industrial se hacen insostenibles, no se puede competir.
Alemania se debate presa por la pinza de esas dos amenazas.
La “energiewende” (energía verde) alemana alentada por ambientalistas fanatizados se alejó de la energía nuclear y del petróleo, apostando a las fuentes renovables, eólica y fotovoltáica, como si estas fueran recursos confiables, ininterrumpidos, seguros. Formadores de opinión en Europa han mostrado esta solución de alto riesgo, como un ejemplo para el resto del mundo; y la situación es palmariamente la contraria.
Alemania comprueba que, para la mejor prevención del planeta, éste no es el camino; por más que sea lo que quiere la mayoría de los votantes alemanes que apuntalan el éxito electoral. El carácter radical abrazado a un extremo, parece ser una fijación de estilo, en la cultura alemana: el pensamiento absoluto, tal cual fue el ánimo colectivo, capaz de sostener, un régimen totalitario como el nazismo. Mantener a ultranza una política “verde” en materia de energía traiciona los objetivos y no atiende a la seguridad de suministro ni al “cambio climático”.
El gobierno alemán informó en febrero de este año que 7 millones de hogares viven en una “pobreza energética”, definida por pagar más del 10% de sus haberes en energía eléctrica. Esta desproporción se debe principalmente a la sobrecarga que imponen las energías renovables.
Los precios de la energía para uso hogareño han subido un 80% entre el 2000 y el 2013, en términos reales de acuerdo al informe de la OECD y la Agencia de Energía Internacional IEA (siglas en inglés).
Eso significa que más y más dinero ha ido de los pobres a los ricos. Los consumidores de baja capacidad económica del valle del Ruhr o Berlín han pagado los precios altos y así están subsidiando a los ricachones de Bavaria que pueden pagar el alto costo de cubrir grandes techos con paneles solares sin sufrir. Algunos argumentan que la política energética de Alemania puede ser vista como una apuesta a la energía del futuro; y que realmente, asegura el trabajo de los ingenieros alemanes en los variados campos tecnológicos de la energía natural.
De cualquier manera, la mayor parte de este monstruoso gasto impuesto a buena parte de la población alemana no se invierte en el desarrollo tecnológico del futuro; se drena actualmente hacia la compra de tecnología verde ineficiente, cuando las condiciones ambientales no son favorables; la naturaleza se niega de pronto y falta el viento o no hay sol. La formidable capacidad de los técnicos y los trabajadores alemanes, logra paliar la magnitud del error político cometido.
Pero por lo mismo que Alemania es la locomotora de la economía de la Unión Europea, la situación del Viejo Continente se refleja en el ritmo lento para superar la salida de la crisis que lo castiga en los últimos años.
Como sucede con la sangre, del sistema circulatorio de la energía, depende la salud del organismo industrial. Si esto le pasa a Alemania ¿qué le pasará al Uruguay, jugado a su pasión por el viento, en multitud de contratos a largo plazo, ya firmados ?
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En febrero del 2014 un reporte al parlamento alemán, provisto por técnicos especialistas en energía, concluyó negativamente en relación a los crecientes subsidios a las fuentes renovables. Concluyeron que la política verde ha tenido un muy bajo efecto en materia de innovación tecnológica en Alemania. El informe concluye en que la legislación vigente no promueve la lucha contra el cambio climático sino que lo torna más caro. Dice textualmente que “no existen justificativos para continuar con la Ley sobre Energías Renovables”. Alemania se ha comprometido a gastar en energía solar… ¡unos 100.000 millones de euros en los próximos 20 años! mientras dedica el 0,7% de ese gasto, a la energía primaria. Un artículo de “Der Spiegel” indica que la inversión en paneles fotovoltáicos retrasará el calentamiento global en 37 horas, al final del siglo.
Un estudio de Mc Kinsey publicado hace unos meses, comprobó que los precios de la electricidad en los hogares alemanes son 48% más elevados que el promedio europeo. Al mismo tiempo, los precios europeos han subido 40% desde el 2005, mientras la energía eléctrica en EEUU ha bajado.
A pesar de los descuentos sobre la tarifa general para los industriales , los costos son 19% más altos que en EEUU. Los costos industriales en energía han subido 60% desde el 2007 contra tan sólo un 10% en EEUU y China en el mismo período. Alemania resulta cada vez menos atractiva como plaza industrial, el gigante petroquímico BASF informó que sus inversiones han sido redireccionadas mayormente al extranjero, fuera de Europa.
Alemania aumenta el consumo de los recursos fósiles contaminantes, elevando las emisiones de CO2 desde su abandono casi total de la energía nuclear en el 2011 Una vuelta a las tecnologías limpias como la energía nuclear, puede ahorrar unos 11 mil millones de euros, en efectos nocivos debido al calentamiento global. Todo indica pues, que las nuevas técnicas referidas al shale gas y los nuevos reactores nucleares son las soluciones del porvenir inmediato. Y pasar revista a las obras en ejecución lo demuestra.
Los reactores en construcción suman 70 en la actualidad en 15 países según la Power Reactor Information Center (www.pris.iaea.org/pris/) dependiente de la IAEA Organización Internacional de Energía Atómica. En lo que va del año 2014 se han conectado a la red nuevos reactores nucleares a saber: el 4 de enero en China el NINGDE-2; un reactor tipo PWR de 1018 MW de potencia; y el 20 de agosto el FUQUING-1 de 1000 MW de potencia. En Argentina el 27 de junio, se conecto a la red el flamante ATUCHA-II de 629 MW de potencia.
Lindero al Uruguay el formidable yacimiento de gas y de petróleo en Vaca Muerta (Neuquen), cambia en gran medida el porvenir de la región, en materia de energía.
En cuanto al planeta, corresponde actualizar la situación de EEUU que ha tenido un gran giro. EEUU y China hasta hace unos pocos años fueron los principales consumidores de petróleo del mundo, pero desde la eclosión del shale gas, la técnica para la obtención de hidrocarburos que data de los años 40, ha cambiado y transformado los resultados; ha disparado a EEUU a la posición de productor de gas y petróleo cambiando radicalmente el mercado internacional de la energía.
Todas estas noticias descolocan más y más la realidad equivocada de Alemania que sacrifica su posición de líder europeo en materia industrial por encarecer su matriz energética, espantando a sus principalísimas industrias en busca de energía menos cara.
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REFERENCIAS
a) http://www.policy-network.net/pno_detail.aspx?ID=4612&title=Energy-policy-in-Germany-Big-problems-in-Europes-powerhouse
b) http://www.reuters.com/article/2014/02/26/germany-energy-idUSL6N0LV31I20140226
c) Alexander Neubacher in Der Spiegel: “100 mil millones de euros en subsidios solo detienen 37 horas el calentamiento global”.
d)http://www.americanthinker.com/2013/11/replacing_subsidies_with_subsidies.html. Ingeniero Álvaro Bermúdez.

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