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Unidos somos más

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TOMÁS TEIJEIRO
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El incipiente acuerdo entre el Herrerismo y los Intendentes de Mejor País es uno de los hechos políticos más significativos de los últimos tiempos.

Seguramente mi análisis esté pecando de mucho blanquismo (de lo que nunca me arrepentiré), pero es que cosas como esta son las que verdaderamente nos definen y hacen a nuestra más pura genética de blancos: siempre el país primero.

Esto se funda en la absoluta convicción de ambos grupos políticos en que unidos somos más. Pero no necesariamente en el sentido cuantitativo, sino en lo cualitativo.

En lo meramente electoral es muy relevante la estructura de un gran movimiento histórico y nacional como el Herrerismo, y claro que la llegada de Mejor País agrega lo suyo, pero el peso importante, lo que de verdad vale si ponemos la mira en el futuro del Uruguay no está en la sumatoria de votos, sino en el producto final que resulta de la unión de ambas fuerzas.

Herrera nos enseñó que en política lo más importante es la realidad nacional como materia prima, sin perder nunca de vista el sentido de lo posible.

Y quizá sea la carencia en atender esos viejos principios del oficio el mayor defecto de este Frente Amplio que a sabiendas se enredó en coyunturas que nos son ajenas pero nos duelen dentro, y donde el voluntarismo irracional lo alejó de lo posible, aun con viento de popa durante la extensa travesía.

El movimiento Mejor País, encarnado en las figuras de los intendentes Botana y Antía es un vivo ejemplo de cómo a los blancos no nos resultan ajenas las carencias y sufrimientos de los orientales, y cómo con conocimiento de la realidad, trabajo serio, equipo, inclusión en los hechos, pragmatismo, y creatividad, se solucionan problemas que a veces parecen insalvables.

Qué mejor evidencia de esto se puede tener a la luz de los resultados obtenidos por ambos. Uno reelecto, confirmado en su éxito de gestión y paradigma de una forma de entender a nuestro partido y a una parte del ser nacional, que aun en las diferencias de matices resulta entrañable y necesario para comprender, defender, y mantener lo que somos. Inclusive lo diverso de nosotros mismos, que es lo más lindo de ser blancos.

Antía, también reelecto como probada mejor opción a años de desastrosa gestión frenteamplista, que con gran sentido de lo posible, y usando la materia prima que le brinda ese departamento rico en recursos para el que de verdad tiene ingenio como es Maldonado, ha convertido su gestión en modelo de modernidad y eficiencia. Demostrando con hechos lo que siempre dice Lacalle Pou: hoy los gobiernos exitosos son de los equipos. ¡Y vaya si hay talentosa heterogeneidad y transversalidad en la gestión de Maldonado!

Por otra parte el Herrerismo, icónico movimiento nacional, padre de todas las victorias blancas, con verdaderas y profundas raíces en la historia más rica de nuestro partido, con referentes en cada rincón de la patria, sector político con acabado conocimiento de la realidad del país cimentado en décadas de caminos recorridos por diversos actores, nutrido de generaciones de dirigentes que han sabido pasar el testigo a los que vienen, y portador de un cuerpo homogéneo y coherente de ideas que constituyen la verdadera columna filosofal del Partido Nacional.

Esta ventaja cuantitativa de Unidos desde lo electoral, pero profundamente cualitativa en lo político es muy relevante porque revela varias cuestiones que hacen a la fortaleza del futuro gobierno que el país necesita.

Primero, demuestra a la ciudadanía que el único partido político que goza de saludable unidad es el Partido Nacional. Sí, el partido de Oribe, donde nuestra brújula solo marca un Norte: el del respeto a la forma republicana de gobierno y al Estado de Derecho, principios en los que comulgamos todos los blancos sin excepciones.

Segundo, deja constancia pública de que en la situación de emergencia en que vivimos los orientales lo único que importa es entenderse, y que los matices que podrían separarnos no son relevantes a la hora de las urgencias; hoy solo merece ser atendido lo que nos une: el futuro de Uruguay.

Tercero, la multiplicidad de visiones fundadas en los mismos valores a los blancos nos enriquece, y nos hace servir mejor. Nuestro partido no es una colcha de retazos, es material sólido construido sobre principios innegociables que necesitan ser revalorizados: libertad y derecho.

Cuarto, solo un proyecto político probado en la cancha y con verdadero afán descentralizador es garantía de soluciones posibles y rápidas.

Quinto, muchos movimientos políticos de otros partidos pretenden presentarse como populares, pero solo el Herrerismo y Mejor País, confluyendo en Unidos tienen credenciales de seriedad y responsabilidad gobernando. No es lo mismo popular, que populista.

Sexto, el Partido Nacional emprende el tramo final y más duro de este contienda electoral, y lo hace fiel a sus principios, con el liderazgo experiente e innovador de Lacalle Pou que abre una nueva página en la historia de nuestro país: la del encuentro para evolucionar buscando lo que nos une.

Es responsabilidad de todos los blancos transmitir la convicción de que un mejor porvenir está a la vuelta de la esquina, en que solo hace falta un poco más de esfuerzo para que Uruguay retome el rumbo y abandone esta deriva esquizofrénica en que navega desde hace quince años.

Debemos contagiar el entusiasmo de que es posible evolucionar, de que hay más futuro derribando muros que levantándolos, que el país de la grieta, de la brecha, de las clases enfrentadas solo existe en el imaginario de unos pocos que aún sostienen postulados caducos de ideologías derrotadas.

Uruguay necesita de todos. De todos los partidos. De todos los movimientos. De todos los orientales que con optimismo creemos que puede haber un mañana mejor. De quienes entendemos que son más importantes las coincidencias que las diferencias. Para eso trabajamos Unidos. Para ver a Luis Presidente y que llegue un tiempo nuevo. Tiempo de proyectarnos al siglo veintiuno y de ir para adelante.

Tiempo de ser orgullosos de nuestra historia, de nuestro presente, y de lo que estaremos construyendo.

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