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Por arriba de la gente

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Tomás Teijeiro
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La finalidad política del Frente Amplio es asegurar el pleno ejercicio de los derechos de todas y todos los habitantes del Uruguay en condiciones de igualdad".

Así comienza el capítulo "Igualdad y Derechos" del Programa de Gobierno del FA para 2015-2019. La igualdad, ya la había consagrado la Constitución mucho antes que naciera el FA

Los gobiernos que después de la II Guerra Mundial planificaron sus políticas de bienestar social, fueron muy criticados en Europa por los partidos marxistas, por considerarlas alienantes para la clase obrera.

Sin embargo, la izquierda uruguaya, siempre tan original, hoy traza políticas de "Bienestar para la igualdad" como reza su programa.

Las políticas de bienestar que fueron implementadas en el Uruguay con el primer batllismo, nunca fueron gestionadas con eficacia por la inoperante burocracia estatal.

Lo mismo sucede hoy.

Lo más triste es que el problema no es la igualdad (y su permanente fricción con la libertad), sino la pésima gestión del FA, contra la cual no se ha tomado medida alguna.

La igualdad en el lenguaje de la izquierda es parte de su relato, y está siempre asociada a la denominada "inclusión social". Inclusión como contenido que hoy ya es parte de la ideología de izquierda uruguaya; comprado en los Foros Internacionales de San Pablo como parte de su doctrina.

Para obtener esta inclusión social páginas del Programa de Gobierno fijan estrategias. Así se creó el súper Mides, cuyos cometidos abarcan funciones de otros ministerios: inclusión, cultura, educación, salud, trabajo, vivienda, medio ambiente, etc.

Entre ellos se encuentra precisamente el "coordinar las acciones, planes y programas intersectoriales, implementados por el Poder Ejecutivo para garantizar el pleno ejercicio de los derechos sociales a la alimentación, a la salud, a la vivienda, al disfrute de un medio ambiente sano, al trabajo, a la seguridad social y a la no discriminación".

Las propuestas de la izquierda en torno a este Bienestar de Igualdad, no solo refieren al acceso al trabajo y demás beneficios sociales que escasamente provee su gobierno.

Tal es el afán igualador que el propio lenguaje es objeto de un capítulo del Programa. Han llevado a tal extremo este binomio de igualdad-inclusión que declaran como objetivo: "Fomento del buen uso del lenguaje para la inclusión social" pues considera que "la separación de grupos … es una forma de segregación entre los más fuertes". Nunca aclara quiénes son los más fuertes…

En este aspecto resulta evidente que la izquierda no puede convivir con la desigualdad natural de los seres humanos. La igualdad social machacada durante años genera la duda sobre si el socialismo respeta realmente la diversidad o con su voluntarismo distorsiona elementos valiosos dentro de la sociedad, como la existencia de diferencias culturales, religiosas, de pensamiento, de trabajo, personales... El enfoque del FA y sus satélites genera un peligroso imaginario social basado en la utopía de la igualdad "social" que nunca existió en la historia de la humanidad.

Después de analizar esto, resulta muy fácil entender la posición anacrónica del gobierno frente al agro.

Ya no es la política por encima del derecho, es la política por arriba de la gente.

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