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Rispideces municipales

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Tomas linn
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Los dos grupos contrincantes que pelearán en mayo por la Intendencia capitalina estuvieron en estas semanas entreverados en sus internas por decidir quiénes y cómo se presentarán a esa contienda electoral.

Tanto el Frente Amplio como lo que hoy puede conocerse como la coalición multicolor, largaron una impresionante danza de nombres que por momentos pareció quitarle seriedad a sus maneras de operar políticamente.

El Frente Amplio terminó de resolver el entuerto esta semana cuando su Plenario Departamental confirmó que los candidatos Daniel Martínez, Carolina Cosse y Álvaro Villar completarán la terna frentista. La resolución cierra una etapa de discusiones complicadas pero no cura algunas cicatrices dejadas ante la rispidez del proceso previo.

También viene siendo ríspida la interna de la coalición para determinar bajo cuál lema se presentan y quién o quiénes serán los candidatos. Algunos nombres que surgieron en estos días, luego se retiraron para dar lugar a una discusión interna que, a pedido del presidente electo, debe hacerse con paciencia y en silencio hasta que salga el humo blanco.

Por momentos, la intransigencia pareció predominar e incluso en algún caso, hasta la torpeza política. Cuando Gerardo Sotelo (del Partido Independiente) anunció que su nombre no estaba disponible para candidatura alguna, la discusión pareció tomar el giro indicado por Luis Lacalle Pou, desde La Paloma, que ejerciendo una vez más su fuerte liderazgo, pidió calma y planteó reorganizar el proceso con sensatez.

Eso funcionó, aunque sólo parcialmente ya que la danza de nombres ha seguido, a veces con propuestas inverosímiles.

Es que el Partido Nacional en particular y también sus socios, solo se concentraron durante 2019 en ganar la elección nacional. Cuando algún analista (me incluyo) señalaba que se estaba descuidando Montevideo, la respuesta era que no había que “municipalizar” elecciones que todavía no lo eran. Al no dejar que una parte de los respectivos partidos se concentraran en diseñar con anticipación una estrategia, ahora están improvisando en forma asombrosa. Se han propuesto nombres que de haberse concretado hubieran desarmado al gobierno que todavía no asumió: nombres como el de quien será el canciller o quien fue elegida como vicepresidenta.

Sobre el cierre de la entrega de esta columna, Ernesto Talvi del Partido Colorado y Guido Manini Ríos de Cabildo Abierto, tuvieron una reunión que pareció encausar las aguas. Sin embargo, a renglón seguido Pablo Mieres marcó disconformidad con algunas sugerencias de candidaturas. Lo cierto es que todo este desordenado proceso no muestra ni vocación ni ganas de ganar.

Una consecuencia de esto es que, pese a que el FA también empezó manejando mal el tema, al final consiga otros cinco años más en el gobierno municipal. Arraigo en Montevideo, sigue teniendo.

Su mejor candidato, Daniel Martínez, ha ido logrando algunos apoyos, aunque en forma insólita, no el de su propio partido.

Lo que está haciendo el Partido Socialista es incomprensible. Tener entre sus dirigentes a quien todo indica que cuenta con más chances de ganar la Intendencia y rechazarlo (poniendo en peligro su ya diezmada existencia) para apoyar a alguien de afuera, merecería ser estudiado en un tratado. Por suerte ya existe uno. Quienes leyeron el libro de Fernando López D’Alesandro sobre Vivián Trías, verán que hay en ese partido, un patrón que se repite una y otra vez desde que se sacó de encima a Emilio Frugoni: estrategias incomprensibles, doctrinas inasibles, posturas surrealistas y un constante alejamiento de la realidad y de la gente.

Martínez changará con toda la obra pública que hizo. Es verdad que ha sido mucha y en lugares necesarios pero aún así queda mucho más por hacer. A veces actuó con acierto, otras con desconcierto. Al renovar el pavimento de alguna avenida, podría haberla también ensanchado. El túnel de avenida Italia en el cruce con Centenario es una buena idea. Pero la avenida tiene tres carriles en cada senda hasta Bolivia, gracias a una reciente ampliación, ¿por qué entonces el túnel solo tendrá dos? ¿Se estará haciendo allí otro embudo más, al estilo de Garzón?

Lo grave y lo a veces asombroso de la política es que Martínez buscará ser premiado por esta impresionante ofensiva. Al punto que nadie se pregunta porqué tras tres décadas de gobierno frentista, se hacen recién ahora, en estos escasos dos últimos años, convirtiendo a la ciudad en un continuo caos de desvíos intransitables. Si lo pudo hacer ahora, ¿porqué tantas administraciones frentistas lo evitaron y qué estuvieron haciendo con nuestro dinero durante todo ese tiempo? Decididamente, ni Martínez ni ningún otro candidato frentista merecen el premio. Sin embargo, hay probabilidad de que los montevideanos se lo den.

Es que un sector grande de montevideanos sigue votando por adhesión ideológica y no sobre lo que es mejor para la ciudad. Quizás porque nadie ofrece una seductora visión de ciudad con contundente claridad.

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