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El TISA

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El TISA es un acuerdo sobre servicios con origen en el Tratado de Marrakesh que creó la OMC; pero es una negociación plurilateral, no MULTILATERAL en la que se intercambia información, ofertas y reservas entre los Estados que participan voluntariamente.

El TISA es un acuerdo sobre servicios con origen en el Tratado de Marrakesh que creó la OMC; pero es una negociación plurilateral, no MULTILATERAL en la que se intercambia información, ofertas y reservas entre los Estados que participan voluntariamente.

Una etapa incipiente en este febril ritmo de negociaciones amparadas en la falta de credibilidad de la OMC y de la desgastada Ronda Doha. La primera pregunta es ¿conviene estar o no?; la segunda ¿se puede reservar lo que un Estado considera importante, como por ejemplo, los monopolios estatales u otro servicios?; la tercera ¿es obligación firmar el Tratado si un Estado no está conforme? La respuesta a las dos primeras preguntas es SI; y a la tercera NO.

El Uruguay exporta casi unos 5.000 millones de dólares en Servicios y los ingresos en su balanza comercial por el rubro TURISMO son más que importantes. Ocupa miles de puestos de trabajo y en las áreas de infraestructura y transporte fluvial, ferroviario y carretero necesita definir las reglas de juego que fortalezcan su conectividad y su competitividad tanto interna como externa.

El gobierno anterior hizo muy bien en solicitar su ingreso al TISA en SEPTIEMBRE del 2013 como observador. Claramente entendió que era mejor estar adentro que afuera; sin asumir ninguna obligación, pero tomando en cuenta la repercusión que sobre nuestros intereses podrían tener las concesiones que los otros Estados pudieran otorgarse entre sí.

Se ha dicho que la decisión implica secretísmo y espíritu antidemocrático. Dos disparates. No es lo mismo secreto que reservado; es más, el peor secretismo la llevó a cabo la anterior Administración hacia su propia fuerza política, al punto que dos ministros publican una carta discrepando con la participación en el TISA argumentando que nunca fueron informados.

Reafirmando ese secretismo interno el propio PIT-CNT desmiente toda comunicación con el ex Canciller que argumentó que fueron debidamente notificados de la decisión de participar en el TISA. Mucho menos puede considerarse antidemocrático porque según la Constitución, TODO Tratado Internacional debe ser enviado al Parlamento para su aprobación o rechazo sin admitir modificaciones.

Estamos frente a un preocupante desconocimiento de las normas aplicables, de las posibilidades que cada Estado tiene en las negociaciones, e incluso de los objetivos que el Uruguay quiere alcanzar en el marco de su Proyecto de País. Los pilares de la negociación descansan sobre dos principios: el acceso a mercado que puede estar sujeto a varios tipos de limitaciones previstos en el art. XVI párrafo 2, y el Trato Nacional.

Este último, si bien dispone que no se pueden aplicar medidas discriminatorias que beneficien a los servicios nacionales o alterar las condiciones de competencia a favor de su propio sector de servicios, admite que el consentimiento pueda supeditarse a determinados requisitos y sujeto a ciertas salvedades.

No se termina de entender que el estar presente en las negociaciones le permite a los Estados incorporar adaptaciones al alcance sectorial y al contenido sustantivo de dichos compromisos.

Que quede claro, la negociación está a cargo del gobierno .

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Sergio Abreu

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