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En terapia de grupo

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Un Ex gobernador del Estado brasileño de Santa Catarina afirmó hace un tiempo que todo gobierno es ajeno a las “facilongas” etiquetas mentales de izquierda y de derecha; y lo describió con una risueña frase: “el gobierno es como el violao; se toma con la izquierda y se ejecuta con la derecha”.

Un Ex gobernador del Estado brasileño de Santa Catarina afirmó hace un tiempo que todo gobierno es ajeno a las “facilongas” etiquetas mentales de izquierda y de derecha; y lo describió con una risueña frase: “el gobierno es como el violao; se toma con la izquierda y se ejecuta con la derecha”.

Lo cierto es que ya no existe izquierda o derecha; la querella es entre liberales y dirigistas; entre la modernidad y el conservadurismo de muchos que se refugian en la comodidad o en la mediocridad.

Los liberales creen que el mercado es el motor del desarrollo, incluida la justicia social, y que el Estado debe actuar como regulador de la competencia y como garante social.

Los dirigistas quieren que el gobierno dirija el mercado y piensan que mientras el mercado se equivoca los burócratas aciertan. Es más, que las corporaciones saben mejor que el pueblo que es lo mejor para él.

Lo cierto es que en ambos casos los extremos aplicados como receta han tenido resultados catastróficos. Y eso, porque las políticas públicas se han olvidado del contribuyente y del ciudadano, los únicos que no tienen sindicato que los defienda; y porque la buena gestión no ha sido el valor prioritario para ambas visiones.

El vocablo mas revolucionario de los nuevos tiempos es la apertura, entre otras cosas, porque se ha comprobado que la protección sin reconversión es pobreza asegurada, y que los monopolios estatales no analizan el costo beneficio de cada gestión; mas aún, transmiten a quienes ejercen el poder la tentación de concentrarlo a través de más Estado; el mismo que Octavio Paz definiera magistralmente como el “Ogro filantrópico”.

Pero el proceso ha sido peor, porque el ex presidente Mujica diseñó un “Estadito paralelo” dotado de una ingeniería formal destinada a evitar los controles que la Constitución establece para los organismos públicos. De este modo, decenas de sociedades de derecho privado creadas por las propias empresas públicas se lanzaron a usar los recursos de la gente para financiar candidaturas o satisfacer delirios autoritarios sin limite ni barrera alguna.

Esa es la verdad!! Y es lo que explica porqué los “socios” progresistas de la región son penalizados en las urnas y perseguidos por la Justicia que continúa procesando por corrupción a los iluminados portadores del mensaje utópico del “hombre nuevo”. Porque al fin y al cabo, los miles de Lula, petistas, chavistas, bolivarianos y cristino-peronistas de tanto combatir al Capital decidieron incorporarlo ilegalmente a sus socialistas e históricos bolsillos con los resultados conocidos.

Esto es lo que explica porqué el gobierno frentista de nuestro País se encuentra en plena “terapia de grupo”. La gestión de sus administraciones y de las empresas públicas ha puesto en crisis su filosofía dirigista, de tal forma, que el pueblo irritado se sorprende día a día ante el cruce de acusaciones y cartas entre los mas encumbrados dirigentes del Frente Amplio.

El Ministro Astori (ex vice presidente de Mujica) ha dicho que se dio por enterado después de asumir, (cuesta creer) de la “fraternal herencia maldita” que le dejaron sus “compañeros”. Mujica en su peculiar estilo anárquico-ecuménico lo acusa de actuar como el tero, poniendo los huevos en un lugar y cantando en otro. Valenti pide perdón a todos los uruguayos y le solicita al Frente Amplio efectuar una autocrítica angustiado por la repercusión política de las desastrosas gestiones de Ancap y de la Intendencia de Montevideo, por los millones de dólares innecesarios gastados en publicidad, en producir perfumes, en fiestas fastuosas y en intermediaciones financieras inexistentes; varios diputados y senadores reclaman un “acto de contrición” (hasta la religión entró al ruedo) mientras que sus manos enyesadas votaron una “capitalización” del Ente que presidió el actual Vice Presidente por la friolera de mas de 800 millones de dólares.

Pero esto no quedó ahí; luego de anunciar el Presidente Vazquez que no le temblaría el pulso para destituir al que fuere, se acordó el nombramiento de tres “comisarios políticos” con sus respectivos sueldos para ejercer la tutela del Ente (en realidad la curatela) y encaminarlo prolijamente al despeñadero.

Sin embargo, la Constitución, ese librito que consagra la “maldita propiedad privada” al decir de la senadora Topolansky no se quiere aplicar en estos casos porque su espíritu está al “servicio de la clase dominante”; un ejemplo ganancial claro y concreto sobre el alcance de la subversiva afirmación del Presidente Mujica de que lo político está por encima de lo jurídico.

El bici-Intendente Martínez declaró públicamente que desconocía la verdadera situación de la Intendencia de Montevideo; prueba de que los asientos contables entregados tuvieron la habilidad de mentir y ocultar la miseria con ayuda de un “maquillaje” técnico. Mientras tanto, Adeom reclama que cientos de miles de horas extras se incorporen como salario y los militares (para ellos los “milicos”) salen a la calle a recolectar la basura que atenta hasta contra la salud del sufrido contribuyente y ciudadano.

En definitiva, el legado de la famosa “heladera”, la Sra. Olivera, ha dejado a la sexta Administración del Frente Amplio en Montevideo mas congelada que fría ante el deficit que debe afrontar.

¿Y la oposición? Lamentablemente incorporada a una protesta difusa. Y ello porque cada sector lleva el cañoncito propio sobre su hombro y la voz de cada Partido se desgrana carente de expresión orgánica y de fuerza institucional.

Otros tiempos se viven; el hartazgo de la población tiende a meter a todos los dirigentes políticos en la misma bolsa con la conocida frase “todos son iguales”, una lamentable confirmación de como se han degradado los valores democráticos. Pero aún, no siendo esta una opinión aislada la voluntad de cambiar va a terminar imponiéndose ante legítimas e históricas estructuras partidarias.

El voto anti sistema se manifestó en varios países en distintos continentes. En el caso del Uruguay, y descartando cualquier ruptura institucional, también se va a producir, porque la soberanía popular está en la búsqueda de caminos que le abran las puertas a nuevas opciones.

No se trata de profetizar, porque no se trata de alardear de que vemos mas que los demás, sino de interpretar una realidad para ver “antes”. Entre la imprudencia del hereje y la responsabilidad del profeta el tiempo siempre es un Juez infalible.

Es tiempo de cambiar de gobierno en lo nacional y en lo departamental.

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Sergio Abreu

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