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Todo por un voto

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RICARDO REILLY SALAVERRI
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Muchos frenteamplistas se quedaron sin empleos de confianza y canonjías. La intendencia de Montevideo es un faro de esperanza. Si ganan los comicios “habrá asado al menos pa’ unos cuantos”.

Presentan un triciclo. Un aparato con tres ruedas: Martínez, Cosse y Villar. Es el viejo que conocemos desde hace 30 años. Atrás de cada rueda hay amigos jugados a la suya. Si les ganan a los otros dos el próximo 27 de setiembre sacarán ventajas en el futuro reparto prebendario.

El municipio cobra dos millones de dólares por día hábil. Se acerca a los 700 millones de dólares por año. Vacuna recibida por vecinas y vecinos, de todos los partidos políticos. Su déficit anual es de 10 millones, y el acumulado de 63 millones, en moneda del Tío Sam. Hacia adelante han comprometido 213 millones y sacaron un crédito del BROU, de 30 palos en billetes de igual origen. Pronto para dilapidar.

Si Cosse -candidata del comunismo puro, socialistas y más leninismo ortodoxo- fuese intendente podemos esperar un Madison Square Garden en la Plaza Independencia, administrado por ¿la National Basket Association (NBA), norteamericana o algo similar? (Artigas ya tendrá su lugar en algún lado) ¿Costo? Es azar. Como el Antel Arena. Lo pagamos 100 millones de dólares -con compras de obras y suministros a dedo- y hoy, su valor de mercado es menor a 30 millones de dólares, según auditó una calificada firma independiente.

¿Obras? El endeudamiento municipal que pagamos todos, empezando por los que no tienen agua corriente, ni asfalto en las calles, ni iluminación adecuada, y gozan de basurales extendidos y permanentes, súbitamente derivó de cara a las elecciones que debían ser en marzo, en un alud de pozos y reparaciones de calles. Lo que no se hizo en 30 años, a pagar con deuda… se encaró de golpe el año pasado. Como los comicios se postergaron para el 27 de setiembre, calles levantadas por todos lados y propaganda oficial de la Intendencia en TV y otros medios, mostrando cómo será el día que se las termine. La mayoría llegarán a las elecciones como meros agujeros propios de la superficie lunar. Inició la cosa el candidato Martínez (¿apoyado por “moderados”?).

Hay un acuerdo para no colgar carteles electorales en los árboles… La tercera rueda del triciclo, el candidato Villar, apoyado por los tupamaros, agarró una escalera y se fotografió sacando ¡un cartelito! ¡Bravo! Ahora, ¿qué dice de todos los espacios públicos y privados de la ciudad, embadurnados desde siempre con una publicidad horrorosa del Frente Amplio, que no respeta ni las paredes de los cementerios? Como La Habana o Caracas. La ciudad que pagamos merece dignidad y limpieza.

De TV Ciudad, los dueños somos los montevideanos que pagamos. La usa el Frente Amplio, estilo murga: ataque indisimulado para todo el que no sea del cuadro. Cuesta millones de dólares anuales. Esta línea de actitud se reafirma con una joyita reciente. El intendente suplente acaba de contratar a ¡mil personas! Con problemas de empleo, como tantos en la crisis que vivimos, en una descarada compra de votos de ellos y familia. ¿el gasto? No se animan a decirlo.

Esta corta reseña alude a una sola cosa: corrupción, ineficiencia y uso indebido de fondos públicos. Otro Montevideo es posible y merece consideración (sugerencia, consultar en internet “Laura Raffo.uy”).

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