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Viga y ojo propio

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RICARDO REILLY SALAVERRI 
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La economía política consiste en determinar cómo se usan los recursos escasos con los que cuenta una sociedad para satisfacer las necesidades humanas. En el Estado, en las empresas privadas, en los gremios, las familias, etc.

Citaré un caso notorio. El Frente Amplio recaudaba cifras relevantes por el aporte que le hacían sus militantes aposentados en innumerables cargos políticos, muchísimos de creación propia, dotados de retribuciones y beneficios especiales. Con su aporte, se hizo de una bien retribuida organización partidaria.

Así, por ejemplo, el Dr. Javier Miranda, presidente de la coalición, ganaba 240 mil pesos, un chofer 100 mil y una contadora 120 mil pesos mensuales respectivamente. Como perdieron las elecciones, de lo que espiritualmente no han tomado conciencia, el presupuesto les dio un baño de realidad. Se cayeron los ingresos. Y, la situación se ha encarado con una “reestructura”. Que implica despidos y rebajas de sueldos. Al presidente bajo protesta -por ejemplo- se lo han reducido a 120 mil billetes moneda nacional. Alguien podría pensar que el Pit-Cnt organizaría al menos una deshilachada caceroleada, con su sello, ante lo que si ocurriese en filas adversarias no vacilarían en calificar de “brutal ajuste fiscal”. Notoriamente, la pléyade de justicieros e igualitaristas ha mantenido mutis por el foro, porque seamos sinceros, no tienen ganas de poner óbolos de su bolsillo para mantener a su partido político.

Desde comienzos del 1800 en Europa y Estados Unidos se dio una gran acumulación de capital coincidente con inventos. Caso de la máquina a vapor. Los que revolucionaron industrias como la textil y la metalúrgica. Nacieron las fábricas con hacinamiento de asalariados manuales, mujeres y niños incluidos. También comenzó la conquista colonial por las potencias europeas de pueblos y territorios de otros continentes. Con enfrentamientos dramáticos en el campo laboral, mártires y héroes abrieron camino a un orden más justo. Suceso particularmente exitoso que se advierte en los países más avanzados del mundo libre. El pasado 1º de mayo, conmemora una de esas gestas ocurrida en 1886, en Chicago, EE.UU., un hito al que políticamente internacionales anarquistas y socialistas, han destacado como especial. En EEUU, las organizaciones de empleadores y empleados y el país celebran el día del trabajo en una jornada distinta. Y, la hipocresía permite se salude al 1º de mayo reverentemente en cuanto régimen comunista y neo-proletario del orbe existe. Con trabajadores oprimidos y en condiciones despiadadas de esclavitud.

En el Uruguay, las famélicas caravanas de vehículos desplegadas por el Pit-Cnt, el pasado 1º de mayo y su discurso cubierto ampliamente por los medios de comunicación públicos y privados, han sido prueba ilevantable, una vez más, respecto de que estos “sindicalistas” son vanguardia de sus propios intereses. Y voz de la oposición partidaria ya instalada ante un gobierno que llama a la unidad nacional. Aplica medidas sensatas y eficientes frente a la pandemia universal y promueve soluciones de contención social, administrando prudentemente la economía de un país al que ha recibido quebrado.

El frentismo sindical antes de seguir repartiendo el maná del cielo debe mirar lo que pasa en su partido frente a la crisis de ingresos y a la “reestructura” en curso. Respuesta de “shock” y tijeras impiadosas que cortan empleos y salarios.

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