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¿Son o se hacen?

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RICARDO REILLY SALAVERRI
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La envidia, el molestarse porque hay gente que se esfuerza y destaca, el resentimiento consecuente, la falta de entendederas, son factores que aislados o juntos producen lo que alguien denominó, con sentido continental como los “idiotas latinoamericanos”.

Personas que les pasa por delante un auto y discuten que es una moto. Y, a partir de un punto de partida equivocado, lo inevitable es que llegan a conclusiones desacertadas. Latinoamérica -las noticias no mienten- es predio fértil para los errores políticos y despotismos populistas trágicos.

En el mundo la gente y las dirigencias entienden que lo del coronavirus equivale a una guerra. Tiene efectos sanitarios y mortales, económicos y sociales. Todas las personas, con reducidas excepciones, hemos padecido pérdidas. Dramáticas cuando se habla de desocupación y hambre, y directamente económicas sin distinguir entre el Estado y los privados, empleadores y empleados, activos y pasivos. Por ello, vivimos en una economía de restricciones y austeridad. Que nuestro país tenga un status excepcional merced a su gobierno y pueblo, no le inmuniza ante daños inevitables. Lo del gobierno vale, no olvidemos que desde el Frente Amplio e incluso desde cúspides gremiales médicas se clamaba por una cuarentena obligatoria para toda la población cuando en marzo nos llegó la pandemia.

En este escenario se está discutiendo el presupuesto de ingresos y gastos e inversiones para los próximos cinco años (2015-2019). Quienes se fueron del gobierno nacional por decisión electoral ciudadana, dejaron en el adiós un panorama de corrupción, despilfarro, déficit fiscal y endeudamiento externo fenomenal. Ahora… son los padres de los pobres. Después de 15 años de gobierno nacional con mayorías parlamentarias encubridoras de actos de dudosa ética y legalidad, reclaman demagógicamente plata en el presupuesto para estos y para aquellos, en carta digna de un pedido a los Reyes Magos. No se sabe a qué miraban cuando no vieron la mísera existencia -para ilustrar- de 346 asentamientos en Montevideo, 121 en Canelones, y más de otros 200 en el resto de la República ¿Dónde viven? ¿Son o se hacen?

Otra perla. Abundan actualmente películas de alienígenas, platos voladores y resucitados. Llevan al espectador a olvidar si son parte de la imaginación, de un periodístico de los habituales o de la vida real. Pasados los plazos científicos reconocidos, está claro que no hubo contagios del virus durante la exposición de la Rural del Prado. Hubo un plan preventivo y estricto implementado. Y, pérdidas materiales muchas. El público fue mínimo. Incluyendo la falta de las fiestas populares y nocturnas habituales, en las que en otros años miles de jóvenes se divierten, bailan con conjunto nacionales y otros eventos. Ello implica que muchos compatriotas dejaron de tener ingresos y hacer un honrado mango. Desde el comienzo hubo un bombardeo mediático desde sectores identificables diciendo que era irresponsable la exhibición en el Prado, de lo que es la principal expresión anual de la producción y el trabajo que da vida al país. Son los que -incluso- divulgaron fotos y videos multitudinarios de otras exposiciones pasadas, como si fuesen de hoy. Los mismos que ¡alentaron la marcha de la diversidad! En la que se transgredió toda prevención sanitaria y donde no faltó la presencia física de la más rancia vanguardia “progresista”. ¿Serán extraterrestres ? O, lo del título: ¿son o se hacen?

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