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Siga el baile

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Sebastián Da Silva

El fin de semana largo y la epopeya de los mineros en Chile, atraparon la atención pública durante toda esta semana. Mientras muchos descansaban lejos de las preocupaciones diarias, en el Parlamento comenzaba a tratarse el Presupuesto Nacional de la manera más inadvertida que se recuerde.

No hay ni liceos ocupados, ni paros en la universidad, ni tampoco reclamos rimbombantes. Solamente COFE y su autismo le recuerdan a la población que estamos en un año presupuestal. En mi vida de estudiante reclamos de este tipo por lo menos me hicieron perder 5 períodos de examen.

Esta ley es una de las vigas de cualquier gobierno, es donde con una mediana planificación se puede prever por ejemplo, el detalle de las rutas que se proyectan construir, o la cantidad de hospitales y escuelas que se pueden llegar a remodelar etc. etc. Para los funcionarios públicos es la oportunidad que tienen de poder ver plasmado algún reclamo salarial o funcional y para la ciudadanía es una forma de anticipar el estado de las finanzas del estado en el quinquenio que comienza.

Tan importantes como el articulado son las planillas de gastos que cada unidad ejecutora presenta y créame el lector que es extremadamente engorroso terminar de familiarizarse con las mismas. De una lectura desapasionada del proyecto de ley podíamos denominar que este es un presupuesto de nuevo rico. Sobre el supuesto de la felicidad eterna se hacen las proyecciones y se gasta a troche y moche sin ahorrar un solo vintén.

También es un presupuesto ambiguo dado que mientras se aspira a emprender una modernización del estado más o menos acorde con los tiempos que se viven, y se reclama austeridad y recato, se le habilita a cada ministro decenas de miles de dólares para poder contratar a "piacere" a tantos asesores como tenga la partida. Es una forma legal regularizar a los amigos, compañeros y "aspirantes a yernos" que cada sector perteneciente al Frente Amplio pueda tener.

Me imagino las bases del concurso: "tantos muros pintaste, tanto ganas". Uno de los ejemplos más patéticos de esos inventos fue el recordado asesor del MGAP que lo único que hizo fue hacer una lista negra de periodistas agropecuarios.

Con esta ley hay carta franca para hacer y deshacer al antojo de cada ministro.

Y la otra característica por la que recordaremos este presupuesto es porque a partir de la promulgación de la ley van a pasar a existir 18 individuos denominados coordinadores departamentales, que nadie sabe bien para qué sirven, nadie puede explicar sus funciones específicas pero que tendrán un suculento sueldo, auto oficial, viáticos y celular libre para ser los "corre, ve y dile" del Presidente Mujica.

Como toda esta discusión está pasando absolutamente inadvertida, la gente no tiene el tiempo de calentarse. Cuando en un futuro que esperamos que sea muy lejano, los ciclos económicos se nos vuelvan en contra, recordaremos esta ley como una patética muestra de irresponsabilidad. En ese momento la bomba le explotara en la cara al Atchugarry de turno, Mientras tanto la consigna parece ser "siga el baile".

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