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Realidad indiscutible

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Ricardo Reilly Salaverri
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El pasado 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer con proyección universal y movilizaciones multitudinarias, en muchas partes incluido nuestro país.

Entre quienes participaron hubieron expresiones diversas. Desde reclamos civilizados hasta actitudes hostiles y agresivas, en este caso izando una bandera de guerra contra la humanidad masculina. Con un corto espacio para tratar un tema muy amplio, citaremos aspectos de la evolución social, contemplando circunstancias de Occidente, civilización formada a partir de la tradición judeocristiana, greco-latina y romana. Suele aceptarse que el ser humano tomó forma en África. Los primeros grupos sociales fueron de tribus y clanes, normalmente vinculados por ancestros comunes. En el tiempo de la caza y la pesca el varón se dedicaba a estas actividades y las mujeres tenían hijos, sin reparar en la identidad del padre, los que crecían a su lado y cuidaban. Se considera por ello que fue un tiempo matriarcal.

Los grupos vivían aislados hasta ir entrando en contacto con otros de similar organización. Los conflictos se resolvían violentamente. Llegó un momento en que se fue determinando quiénes eran responsables de actos que provocaban daños a personas de su grupo y ajenas a él, y ello determinó la evolución de temas tales como la autoridad, la filiación, la familia, la propiedad, las reglas básicas de conducta y el orden legal. De la guerra, se pasó a sistemas como la ley de Talión, por la cual si alguien dañaba a otro en un ojo, se le causaba como castigo un daño igual. La norma penal y el resarcimiento económico de los agravios causados, supuso un paso adelante en la evolución de la sociedad. Con el transcurrir de los siglos, con todas las imperfecciones propias de las realizaciones sociales de los humanos, con el avance fenomenal de la ciencia y la tecnología, particularmente en los últimos 500 años, llegamos adonde estamos.

Hay formas pacíficas de resolver controversias. La expectativa de vida de la especie se ha acrecido y la posibilidad de que disminuya la gente que pasa hambre en el orbe es una rotunda realidad. El mayor progreso se debe a la Libertad y el Derecho en el sentido más amplio de las palabras. Desde lo intelectual, pasando por lo ético y continuando por lo material. El conflicto es connatural al ser humano. En democracia las vías de solución de los mismos son inteligentes e institucionales. En los regímenes oscurantistas y totalitarios, unos pocos imponen con violencia a las grandes mayorías sus designios. Los medios de comunicación nos mostraron los reclamos de millones de mujeres en varias partes del mundo. En los países islámicos (Irán, Arabia Saudita, etc.), en China, Corea del Norte, Cuba, Rusia, Venezuela y otros parecidos, no supimos de reclamos por una mayor igualdad de derechos. La cita de circunstancias en que las reivindicaciones sociales reciben una respuesta policial y brutal está vigente. Vale en este caso para las mujeres y también para los reclamos de los homosexuales. Sea cual sea la posición personal que sobre estos temas se tenga, lo indiscutible es que cualquier materia social que motive reivindicación hay lugares en que puede gestionarse su libre defensa en paz y otros en los que las voces están silenciadas. Aunque en muchas partes del mundo, incluido nuestro país, haya quienes se nieguen a reconocerlo.

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