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PABlO DA SILVEIRA

El Programa de Aulas Comunitarias, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, se apresta a rescatar unos 3.000 chicos de entre 12 y 15 años que han abandonado el sistema educativo. Para eso se instalarán 12 aulas que funcionarán fuera de los liceos. El objetivo para 2007 es reclutar 1.500 estudiantes. Para 2008 se espera doblar esa cifra.

La propuesta tiene una gran virtud, pero al mismo tiempo deja planteada una pregunta.

La gran virtud es que las materias que se dictarán en las aulas comunitarias estarán semestralizadas: en lugar de dar un curso anual, cada asignatura se dictará en dos mitades con su propia evaluación. Esta es una idea que aún no hemos probado, y es probable que dé buenos resultados. Si el objetivo es disminuir la deserción, hay que aumentar los incentivos para quedarse y disminuir los costos de reingreso una vez que se produjo el abandono. Ambas cosas pueden lograrse semestralizando los cursos.

Un chico que en el mes de mayo empieza a tener dudas sobre su permanencia en el liceo, sabe que el esfuerzo de seguir asistiendo sólo dará frutos si se prolonga hasta noviembre. Y en ciertas circunstancias eso puede ser mucho tiempo. En cambio, ese mismo chico puede tener razones para seguir adelante si sabe que va a obtener algo concreto en el caso de mantenerse hasta julio. Del mismo modo, un estudiante que abandona en setiembre sabe que, si decide volver a clase, deberá reanudar los cursos en marzo como si nunca hubiera asistido. Pero si la enseñanza se organiza en semestres, al año siguiente podrá retomar en julio y beneficiarse del esfuerzo realizado.

El Ministerio de Desarrollo Social está poniendo en marcha una experiencia que puede ser positiva para mucha gente. Pero el punto a subrayar es que esta experiencia no la realiza ANEP sino dicho Ministerio. Y la gran pregunta que se plantea es: ¿a qué se están dedicando las autoridades educativas?

El problema de los chicos que no se inscriben en la enseñanza media luego de haber terminado primaria sin duda existe, pero es relativamente menor. La gran fuga se produce una vez que los alumnos han iniciado la enseñanza media. Un estudio realizado en 2002 mostró que, de cada 100 alumnos que ingresaron a secundaria en 1996, sólo 20 estaban en condiciones de iniciar sexto año en 2001. El grueso de esas pérdidas se debía al abandono escolar. Los datos disponibles muestran que menos de la mitad de los jóvenes que ingresan a educación secundaria consigue terminar el ciclo, cualquiera sea el tiempo que demoren. Frente a esta pérdida, lo que ocurre entre sexto año de escuela y primer año de enseñanza media es un asunto modesto.

Nada de esto le quita valor al Programa de Aulas Comunitarias. Pero la pregunta que queda planteada es: si el Ministerio de Desarrollo Social se va a ocupar de la fuga pequeña, ¿qué esperan las autoridades de ANEP para ocuparse de la grande? La idea de semestralizar las materias en bachillerato fue propuesta desde estas páginas hace casi exactamente un año. La idea no se recogió (no había por qué hacerlo) pero tampoco se propuso nada alternativo.

Los integrantes del Codicen no parecen percibir la gravedad del asunto, como tampoco parecen percibir la seriedad del deterioro en los niveles de aprendizaje. ¿Realmente no ven la magnitud de estos problemas? ¿O será que están esperando que algún Ministerio los resuelva?

Los datos disponibles muestran que menos de la mitad de los jóvenes que ingresan a educación secundaria consigue terminar el ciclo.

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