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Leyes y responsables

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Izquierdas y derechas? La dicotomía es solo útil para estigmatizar actitudes. El asunto apolillado da valor imperecedero a categorías de la Francia de la revolución que ubicaba a los simpatizantes monárquicos a la derecha de la asamblea constituyente de 1789, y a los jacobinos a la izquierda.

Izquierdas y derechas? La dicotomía es solo útil para estigmatizar actitudes. El asunto apolillado da valor imperecedero a categorías de la Francia de la revolución que ubicaba a los simpatizantes monárquicos a la derecha de la asamblea constituyente de 1789, y a los jacobinos a la izquierda.

Hoy no hay nada más conservador y reaccionario, que “las izquierdas” latinoamericanas, regímenes monárquicos y corruptos, sentados sobre las bayonetas, que conculcan las libertades públicas, fracasan económica y socialmente y se oponen al libre pensamiento y el cambio. restricciones impuestas por los populismos, en aras de beneficios que nunca llegan.

¿Izquierda es montar una próspera empresa médica sirviendo al pasado gobierno de facto, hacerse millonario y copar, desde el gobierno, todos los rincones de la sociedad y el Estado con gente cercana al negocio? ¿O vivir tirado panza arriba en una chacra, habida no se sabe cómo, diciendo pavadas de pretendida sabiduría natural? Quienes tiraron por la borda diez años de prosperidad, y quebraron a las intendencias de Montevideo y Maldonado, y a entes públicos, a la educación y la seguridad pública ¿son izquierda o derecha?

Se recordará la responsa- bilidad personal ante la Ley. Empecemos por la responsa- bilidad penal. Si se comete un delito según la ley se aplica una pena. En este orden siempre son responsables personas físicas.

En nuestro país -además- todo aquel que esté en conocimiento de un hecho que pudiese ser delito, está obligado a denunciarlo ante las autoridades competentes, políticas, administrativas y judiciales. Caso contrario, hay encubrimiento.

El Ministerio Público, la Fiscalía defensora de la sociedad por su parte, puede actuar en conocimiento de hechos de tal naturaleza a petición de parte o de oficio, es decir, por iniciativa propia. En informal rueda reciente de abogados, unos en actividad, otros retirados como quien firma, nos preguntábamos ¿ante hechos notorios como los de Ancap y similares no debería actuar la Fiscalía de oficio?

Hay mucho más, pero una fiesta de Ancap de 360.000 dólares para 1.000 personas (a lo que suman 700 mil dólares más para patrocinar el evento), encargada a una empresa de publicidad -“La Diez”- escogida en violación de las normas de contratación del Estado ¿es peccata minuta? Cada invitado costo ¡360! dólares, que serían 1.060 dólares con los patrocinios. Esto es muy caro hasta en Arabia Saudita.

Por su lado la responsabilidad civil, indemnizatoria, reparación de daños y perjuicios, corresponde a personas físicas y también a personas jurídicas (sociedades comerciales, instituciones sin fin de lucro y entidades públicas). Si un auto provoca un accidente, la persona a quien pertenece el ve-hículo o la persona jurídica o el Estado, pueden ser llamados a indemnizar. Así lo maneje una persona física cualquiera.

Los daños materiales que los empleados públicos causan como tales, deben a su vez ser reparados por el Estado. Si el empleado es de un ministerio, por el respectivo ministerio, si es de Ancap, por Ancap.

Y el Estado a su vez está facultado, para reclamar al agente del daño, por lo que tuvo que pagar por su culpa (Constitución, art. 24 y 25).

Aquí hoy, del presidente de la República para abajo están todos involucrados. La Fiscalía debería actuar por sus obligaciones conforme a la gravedad de las circunstancias.

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Ricardo Reilly Salaverri

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