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El idiota resiliente

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RICARDO REILLY SALAVERRI
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Cursé primaria y secundaria con los jesuitas en el Sagrado Corazón. Con exigencias severas y una disciplina sólida.

En 1965 ingresé a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República, fundada por el Presidente Manuel Oribe en 1836. Pagada por el pueblo, gratuita para quienes en ella estudian, teóricamente laica y regida por la libertad de cátedra, fundada en una autonomía de viejo cuño occidental. La parcialidad política de las facciones debería ser ajena a la educación pública.

Viví la dictadura comunista y tupamara. La “ley orgánica” de la Universidad dictada en 1958 impulsada por el Partido Comunista, una sucursal del proyecto soviético de Rusia a escala planetaria, había dispuesto que el pueblo seguiría pagando con sus impuestos a la casa de estudios y la institución no estaría obligada a efectuar rendición de cuentas de sus gastos. La regiría un “cogobierno” organizado en consejos de profesores, estudiantes y graduados. Ellos determinarían como gastar los recursos, que clases se dictarían, a que profesores contratar y demás. Ipso facto, agitadores profesionales comunistas se apropiaron de estos organismos. En 1959 se produjo un hecho que incidiría políticamente también en el curso de la realidad nacional y universitaria: la “revolución cubana”. La Rusia y Cuba comunistas pasaron a patrocinar a los agitadores. Con el tiempo todos convergerían en el actual Frente Amplio.

Los desórdenes sociales y crímenes atroces que desplegaron las organizaciones citadas y afines, culminarían históricamente con la caída de las instituciones en junio de 1973. El concretado estrago de la dictadura insurgente en la Universidad estatal fue relevante, así como el del dominio de la acción sindical. Manipularon sistemáticamente las elecciones de miembros de los consejos y asambleas universitarios. Lo vivimos quienes entre huelgas, ocupaciones e Intervención gubernamental -dispuesta cuando en Ingeniería volase un estudiante fabricando una bomba- perdimos tres años útiles de estudios y de vida. Las necesidades de los trabajadores manipuladas, hicieron que nuestro país tuviese el récord mundial en horas perdidas por paros.

Ambas facciones tenían arsenal. El poder de fuego de los pro soviéticos facilitado por los rusos, era superior al tupamaro provisto por la tiranía castrista. Recientemente, en el programa televisivo Tertulia que dirige el periodista Emiliano Cotelo, visible en You Tube, el señor Esteban Valenti, miembro de nota en el partido comunista en el tiempo aludido, afirmó que el armamento era para “tomar el poder”. Requerida una aclaración por el periodista, reafirmó el concepto. Eliminando galimatías -si quedan vacilantes- que daban a las armas propósitos “defensivos”.

El ataque a nuestros valores republicanos se basaba en una cantinela falaz: “una oligarquía infame a la orden del imperialismo yanqui, sojuzga a la población oriental (democracia históricamente reconocida)”. Verso característico del “idiota latinoamericano” (Montaner, Mendoza y Álvaro Vargas Llosa, dixit, 1996). Hoy, el Frente Amplio a través de una “Comisión Nacional de Programa” augurando catástrofes bíblicas, declara lo mismo que 60 años atrás (Búsqueda, 7/05/20).

Viendo el subsidio de Sendic y los reclamos de indemnizaciones de Marta Jara, los siervos del imperio ¿no podremos reclamar una moneda al Tío Sam?

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