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Ejecución y arte

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RICARDO REILLY SALAVERRI
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Una respetable opinión médica afirma que la pandemia no es guerra. Pero, de hecho se comporta como tal. Es enemigo planetario, traidor y agazapado que deja lesionados y muertos. A lo que suma daños materiales cuantiosos, pérdidas de bienes, empleos y certezas.

Nietzsche decía que “en la escuela de guerra de la vida lo que no nos mata nos hace más fuertes”. Napoleón que “la guerra es un arte de ejecución”. Viene a colación ante la realidad que vivimos.

Un relato sobre sicología colectiva evoca que en una batalla el jefe de un regimiento de caballería que estaba en la vanguardia del combate salió al galope hacia la retaguardia para estimularla en el esfuerzo. Cuando la tropa le vio pasar, se le plegó entendiendo que se trataba de una invitación a la retirada ante la fuerza enemiga. El final se convirtió en una derrota sin atenuantes. Por ello el liderazgo, la unidad del mando, las decisiones concretas y la firmeza en la resolución, -en medio de un vendaval de críticas frecuentemente demagógicas, orientadas al derrotismo nacional como si hubiesen elecciones todos los días- renuevan su valor para la tranquilidad ciudadana en horas como las que vivimos. Desde marzo del 2020 a hoy, con inevitables errores y desencuentros sin significación relevante e inevitables en el elenco de gobierno nacional - maximizados periodística y políticamente las menores fisuras- la administración de la pandemia ha sido promedialmente correcta. De ello habla en este momento el anuncio y desarrollo del plan de vacunación en proceso de ejecución. Todos anhelamos una solución para ayer. No existe. No obstante, con la información disponible podemos creer firmemente que en pocos meses la república tendrá una merecida instancia de sosiego.

“Mal de muchos consuelo de tontos” expresa la sabiduría secular, pero, es impostergable atender a lo que pasa en el mundo sobre esta materia. Lejos de las posibilidades de los poderosos y mirando lo que ha ocurrido por doquier Uruguay pasa el examen con nota satisfactoria. Se han tomado medidas muy duras como el cierre de fronteras con pesada consecuencia sobre la economía nacional, tomando por caso al sector turístico. Pero, a su vez se ha tolerado la continuidad de muchas actividades, sin marchar a los tumbos y, un sector vital como la producción agropecuaria y las agroindustrias está vivo. Será sostén inapreciable en un momento en el que la caída del dólar y las tasas de interés, tiende a valorizar nuevamente en el mundo la demanda de materias primas. La conclusión es que se ha hecho lo mejor que se podía hacer. Con el sustento dado a la conducción política por el Grupo Asesor Científico Honorario. Cuyas señales al navegante los ignorantes esperamos con avidez.

Las precauciones personales a practicar las conocemos todos. Lo nuevo son las vacunas de llegada próxima al país. Las primeras serán la de Pfizer - BioNTech y Sinovac. La primera estadounidense -alemana con una efectividad de un 95% y la segunda de origen chino, con una del 50%. De acuerdo con el Grupo asesor este último porcentaje es similar al de la vacuna contra la gripe de uso reiterado en el país. Traer las vacunas, distribuírlas y aplicarlas es desafío general. En la primera línea del esfuerzo están el gobierno, el personal de la salud, las fuerzas armadas y necesariamente la ciudadanía toda en un empeño respecto del cual nadie puede ser indiferente.

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