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No digan Uruguay

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Ricardo Reilly Salaverri
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Más de 50 años atrás voz de orden de la juventud del Partido Nacional era una expresión de Luis Alberto de Herrera: "Ni la sovietización de las patrias americanas, ni una estrella más de una bandera imperialista".

El principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos está en la genética nacionalista. Se afirmó en 1839 cuando el Presidente Manuel Oribe ante una invasión extranjera, imprimió en las divisas blancas la expresión: Independencia, Nacionalidad y Americanismo. Funda las posiciones internacionales del Partido Nacional.

La realidad moderna es totalmente distinta a aquella de la Guerra Fría. La Rusia soviética se desvaneció, dejando tras de sí monumental fracaso político, económico y social, y el inútil genocidio de decenas de millones de seres humanos. Las incursiones "yanquis" especialmente en América Central ya fueron.

Hoy, las grandes corporaciones multinacionales de todos los orígenes, norteamericanos, europeos, chinos, campean por doquier, sus negocios se estructuran con asiento en países diversos, los estados nacionales pelean por sobrevivir, y el aluvión de las nuevas tecnologías viene barriendo usos y costumbre que parecían tener vida eterna.

Lo que pasa en cualquier parte del orbe, se conoce al instante merced a internet, y ... los celulares con cámara. Pasa con Venezuela. Un grupo de narco militares, a la sombra de un inepto amoral, Nicolás Maduro, han arrasado con la democracia, ignorado "manu militari" la autodeterminación real del pueblo venezolano. Quebraron al país. Empezando por su empresa de vanguardia: Pdvsa. Se han robado todo y depositado fortunas cuantiosas en bancos extranjeros. Matan estudiantes por manifestar, y a gente común por clamar en las calles, por libertad, pan y medicamentos. 4.000.000 de venezolanos —testimonio irrefutable— huyen del genocidio. Todo agravado por una inflación de 1.400.000% anual, relato trágico que podría seguir al infinito ¿cabe a la comunidad internacional democrática, otra posición como no sea la de reconocer la autoridad de la asamblea legislativa salida de los últimos comicios realmente libres, y pedir se restaure la república?

La democracias latinoamericanas —Grupo de Lima— reclaman el cese de la satrapía, como lo hacen Estados Unidos, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos y otros estados libres. El gobierno uruguayo no. El excanciller mexicano Jorge Castañeda, en Televisa explicando el apoyo de México y Uruguay a Maduro, no tuvo dudas. Dijo hace dos días en reportaje divulgado universalmente: "En este caso hay un problema personal muy complicado, que es que el hijo del presidente Tabaré (Vázquez) ha hecho una enorme cantidad de negocios en Venezuela en asuntos de cibernética, etc., y está embarrado hasta el cuello con las transas venezolanas". Expresó además: "Y los venezolanos y los cubanos lo saben, y cada vez que Uruguay se aleja un poquito, le dan un apretón" (nótese que no dijo nada del Pepe disfrazado de militar venezolano, Aire Fresco, ni de la prófuga ave celeste, etc.).

El Frente Amplio, por sí y ante sí, respalda a la tiranía, en compañía de las "democracias" de China, Rusia y Turquía, junto con México, Bolivia, el Salvador y … Osetia del sur, un estado georgiano socialista, de 70.000 habitantes, no reconocido por la comunidad internacional.

Señores del gobierno: su posición, digan que es de ustedes. No del Uruguay (muy honrado de tener al lado a Osetia del sur).

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