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La conversión

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Ricardo Reilly Salaverri
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Cuando en marzo de 1965 ingresé a la Facultad de Derecho de la Universidad de la República comprobé desde el mismísimo principio que comunistas, tupas y otros istas del mismo palo, son directamente totalitarios.

No toleran las ideas distintas. Les mueve la envidia y un resentimiento social enfermizo. Mi generación entre huelgas y la intervención —cuando un estudiante de ingeniería explotó en la sede universitaria armando una bomba— perdió unos tres años debido a ellas.

Esto no es una sutileza. Como nuestro Estadio Centenario, es monumental realidad. Dado que las cosas no han cambiado mucho de ayer a hoy, supongo que el Dr. Luis Almagro, actual Secretario de la OEA, que pasó por igual casa de estudios debe saber que desde siempre esto es así. Más aún, porque el Dr. Almagro luego de revistar en el Partido Nacional, pasó a integrarse al Frente Amplio, siendo Ministro de Relaciones Exteriores y senador de la república. Y, no en cualquier grupo, sino en el tupamaro. Que ha de recordarse en el pasado siglo azotó al país con brutales actos de terrorismo para hacer del Uruguay una Cuba castrista.

No estando alejadas en el tiempo las relaciones carnales de ese grupo con la Venezuela de Chávez y Maduro. Siendo un poema ver cercanamente ante las cámara de televisión internacional al "Pepe" Mujica, disfrazado con el uniforme de las fuerzas armadas venezolanas en Caracas. Fuerzas, vinculadas al narcotráfico, que como ahora bien ha expresado Almagro reprimen ferozmente a un pueblo del que más de 3.000.000 de personas peregrinan en sufrido exilio voluntario por la región, hartos de la arbitrariedad, del asesinato de personas indefensas, y —para abreviar— de carencias en alimentos y remedios.

A Venezuela la han saqueado. Y, todo lo que ha dicho la personalidad citada y mucho más, es absolutamente cierto. No hablan la derecha, ni los títeres del imperialismo, ni la burguesía, ni el diablo a cuatro mintiendo, cosa que invocan los agitadores, dueños y señores del FA para explicar que Cuba y Venezuela son un paraíso terrenal, infamemente denostado. En esa línea, nuestra patética Cancillería ha hecho que seamos la única democracia latinoamericana, y puede decirse mundial, que no ha alzado al viento las banderas de la reivindicación de la humanidad venezolana, sentenciando con una contundente condena al régimen opresor.

La pregunta es: ¿qué le ha pasado al Dr. Almagro para haber cambiado súbitamente del ayer tupamaro al hoy republicano?

Especialmente en religión, existen las conversiones. El converso es el que un día pasa de una religión a otra. Las hay por ejemplo, entre ateos, católicos, protestantes, judíos, musulmanes, etc. Por ejemplo a un sujeto de avería, de droga, sexo y "rock and roll", una noche en medio de una juerga intensa, se le aparece Dios. Y, le dice "sígueme hijo mío". Sin darse cuenta, como llevado por una mano invisible, cuando se quiere acordar, está sentado en un templo. Y se empapa de lo malo de los vicios y sale a predicar severamente contra todo aquello que antes le había dominado.

Como Dios no aparece todos los días porque sabe que de hacerlo le perderíamos el respeto, hay que buscar por otro lado.

Podría ser la influencia de algún familiar. Un tío. ¿El Tío Sam? De todas formas, seamos sinceros, Almagro ha cantado la justa. A lo Jorge Batlle.

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