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Amigo y caballo

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Ricardo Reilly Salaverri
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Los temas que han movilizado al agro y a otros muchos sectores de la esencia nacional, están sistematizados en las irrefutables "10 mochilas" que desgranase el Ing. Ag. Eduardo Blasina. No dan para más.

La auto convocatoria es notoria, no obstante merece reconocerse que todas las gremiales institucionales de la producción y el trabajo rural en los últimos años venían insistiendo sobre el tema y no tuvieron atención gubernamental. Hoy solidarizan con "Un Solo Uruguay". Lo dicho es tan así ,que cuando el presidente Vázquez viajó a China con una delegación empresarial ofreciendo nuestra carne, en penitencia no invitó a ningún representante de los productores del sector.

El renunciante ministro del ramo recibía planteos gremiales en toda la república, y decía "esos son temas políticos". Y, ¡claro! que lo eran, si la crisis que se vive es obra de las entidades gubernamentales responsables de la administración del Estado. Al jerarca renunciante y a su cartera nunca le dieron espacio en la agenda oficial. Respetado productor particularmente arrocero, fue tan ignorado que cuando el Dr. Vázquez habló de la "improductividad" de los arroceros claramente erró porque no se dignó a pedirle opinión. Desde el año pasado las gremiales solicitaron audiencia y el Presidente respondió que quizás daría una para febrero o marzo. Entonces arrojó al país un nuevo tarifazo. Vino Santa Bernardina. Ahora el susto despertó al mamado y se busca presurosamente calmar las aguas, comenzando por minúsculas medidas —imprescindibles— anunciadas en una alocución presidencial que evidenció la ignorancia supina del mayor magistrado de la república en la materia.

Un análisis inobjetable reciente ubica al Uruguay política, económica y socialmente como lo mejor del desastre que es América Latina. Y, a no confundirse: el 70% de la economía nacional empezando por la producción agropecuaria y siguiendo por las industrias y servicios que moviliza, así como el empleo que promueven, encuentra su base de sustentación en la tierra, la producción y el trabajo rural. Y termina como carga en los puertos del país.

Participamos en la vida en innumerables conflictos (léase, 18 años de asesor letrado del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y 5 años más en cargos de gobierno —Ministro incluido— de la cartera). Los conflictos colectivos tienen un proceso de maduración hasta que explotan. Su indefinición desgasta a quienes alzan las banderas. Los mediadores saben que por eso se llega al "punto caramelo", el momento del cansancio y la renuncia. "Un Solo Uruguay" debe evitar el agotamiento de la gente en la carretera. Manteniendo activos los ánimos por una comunicación constante entre todos y la presencia física del pueblo, puntualmente cuando las circunstancias lo aconsejen. Se aspira por el movimiento a mesas de negociación. Es civilizado. Pero, ante el agujero de las finanzas públicas existente, la esperanza es corta. Se precisa un cambio rotundo en la concepción del país que queremos. Productivo y de primera. Un buen dicho reza:"al amigo y al caballo, no hay que cansarlo". El tiro de la jornada en curso será muy largo.

El Presidente dijo primero que hablaría solo con organizaciones gremiales establecidas. Al tiempo que ha dado una rígida coraza legal al Pit-Cnt, batallón oficialista dueño de casa que hace impunemente lo que quiere, sin siquiera tener personería jurídica.

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