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Universidad y política

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MARTÍN AGUIRRE

Debe haber sido una de las pocas sorpresas surgidas en el Parlamento en los últimos años. La aprobación del proyecto que crea una Universidad Tecnológica en el interior, dejó descolocados a políticos y analistas. El cambio de postura a última hora de la mayoría de los diputados blancos generó revuelo en el ambiente político, y desató una dura polémica en la interna de la oposición. Pero, sobre todo, abre la puerta a un fenómeno que a mediano plazo puede tener efectos trascendentes sobre el mapa político.

A la hora de los discursos, todos los partidos han señalado su deseo de expandir la oferta universitaria al interior del país. Sin embargo en la práctica, las cosas no siempre han sido tan claras. Es que alrededor del tema universitario se mueven una infinidad de intereses y prejuicios, que no son tan visibles a simple vista. Por un lado, el actual sistema, marcado por un casi monopolio de la UdelaR, arraigado en Montevideo, ha sido desde hace décadas funcional al "establishment" intelectual que rodea al Frente Amplio. Muchos de sus principales cuadros han iniciado su carrera política en la interna universitaria. Y el esquema de autonomía y cogobierno que la caracteriza, ha sido propicio para generar un polo de influencia propicio a "la izquierda", desde mucho antes de que la misma conquistara el poder político en las urnas.

Ese cogobierno, que supuestamente implica una amplia participación de estudiantes, docentes y egresados, en el control de la Universidad, se ha desnaturalizado por el manejo de grupos pequeños pero muy organizados, con fines políticos. Esos estamentos han sido altamente efectivos a la hora de consolidar su poder, siendo tal vez el único golpe a su hegemonía, la habilitación de universidades privadas. En ese marco, la simple apertura de nuevos insitutos en el interior ha sido visto con recelo por la Universidad. Un ejemplo claro fue cuando en 2010 el Consejo Directivo Central de la UdelaR frustró un proyecto para abrir la carrera de Medicina en Salto, algo para lo cual con gran esfuerzo de la intendencia y las fuerzas vivas locales ya se había conseguido financiación suficiente.

Tal vez porque justamente no es un producto de la Universidad, el presidente Mujica, ha seguido impulsando un proceso de descentralización de la educación terciaria, y así se llegó al proyecto que acaba de votarse. Un proyecto menos ambicioso de lo originalmente pensado, pero que puede tener un efecto importante a futuro. El gran tema de debate fue desde el principio cómo sería el manejo del poder en esa nueva insitutición. El oficialismo exigía que se replicara un sistema de cogobierno como el que hoy tiene la Udelar. La oposición se negaba, afirmando que ese sistema es antiguo, conflictivo, y el causante de llevar a la Universidad pública a su actual estado de postración.

Así las cosas se llegó a la votación del pasado miércoles y a su inesperado final ¿Que pasó para que los diputados blancos cambiaran de postura? ¿Porqué ese viraje ha generado tanta polémica?

Por un lado a nivel dirigencial se veía como un peligro el transplantar al interior (el reducto electoral más fuerte del nacionalismo) un sistema universitario que ha probado ser tan funcional al crecimiento de "la izquierda". Por otro, al ser uno de los pocos temas en los cuales el oficialismo requería acuerdos por necesitar mayorías especiales, daba la posibilidad de lograr un pacto más beneficioso. Pero para los legisladores blancos, muchos del interior, la decisión era dura. Explicar luego a sus votantes que se habían opuesto a lo que es un tema vital para la gente que vive fuera de la capital, iba a ser difícil. Y además estaba la presión de los intendentes, quienes tal vez por urgencias presupuestales se han mostrado más proclives a transar con el gobierno, y que están mostrando ser un polo de influencia paralelo al de las autoridades partidarias establecidas.

Más allá de lo trascendente de este tema para el país, el debate tieme implicancias políticas severas. Para los blancos, vuelve a mostrar que cierta falta de liderazgo nacional consolidado, genera vacíos de poder que son aprovechados por el oficialismo. Para el gobierno, la creación de este nuevo centro universitario en el interior no deja de ser una apuesta arriesgada. Si logra trasladar el sistema que tanto éxito le ha dado en Montevideo a la hora de consolidar bloques ideológicos afines, puede dar un golpe en el bastión electoral de la oposición. Pero también puede ocurrir lo contrario, y que este nuevo centro sea un ente testigo que deje más en evidencia los problemas que aquejan a la UdelaR desde hace décadas.

La frase I

"Una universidad es siempre un mensaje progresista, aunque la funde el Opus Dei, y mucho más en el interior". (José Mujica)

La frase II

"Egresados, estudiantes y docentes somos poquitos. La mayoría no puede opinar acerca de si quieren que la UdelaR tenga una sede donde sea." (Dra. Adriana Marrero).

El Dato

En el ranking anual de las mejores 200 universidades del mundo, no hay ninguna sudamericana. Entre las mejores 200 de la región, la UdelaR está 94.

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