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Agenda y miedo

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Pablo Da Silveira
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El presidente Vázquez ha decidido olvidar que es presidente de todos los uruguayos y no solamente de quienes lo votaron.

Por eso se ha dedicado a atacar a líderes políticos que representan a medio país. La regla parece ser que, cuanto más trabado está su gobierno, más barrabrava se pone el presidente.

Esta actitud ha decantado en un argumento por lo menos curioso. Vázquez sostiene, según palabras que usó en una reciente entrevista radial, que "o bien la oposición no tiene agenda, o tiene una agenda que no quiere mostrar porque seguramente no favorece a la mayoría de la población".

Para cualquiera resulta obvio que estamos ante una variante del argumento: "cuidado que viene el cuco". Pero lo más llamativo es el grado de negación de la realidad que encierran esas palabras. Decir que la agenda de la oposición no existe o está escondida es una afirmación que no resiste la contrastación con los hechos.

Pongamos el caso del sector Todos del Partido Nacional, que no es la única fuerza de oposición que ha sido capaz de mostrar agenda.

En la campaña previa a las elecciones nacionales de 2014, el Partido Nacional hizo público un documento de 184 páginas y letra apretada en el que se presentaban medidas de gobierno para todas las áreas de la vida nacional. El presidente no lo ignora, porque se le entregó una copia en mano. Luego de que Vázquez asumiera, el senador Lacalle Pou presentó cada dos de marzo un conjunto de medidas ejecutables en el correr del año siguiente. Y en setiembre último presentó un documento titulado "¿A quién no se le cae una idea?", en el que se resumen diez propuestas que se adelantaron a lo que ha venido haciendo el gobierno. En ese documento se muestra, por ejemplo, que ya en el año 2014 el Partido Nacional proponía una buena solución para el "problema de los cincuentones".

En este contexto, intentar alimentar la idea paranoica de una oposición que esconde una agenda malvada suena francamente infantil. Pero más insólito es que lo diga el jefe de un gobierno que visiblemente no tiene rumbo. Porque si hay alguien en este país que no tiene agenda, es el gobierno de Vázquez. ¿Cuál es, por ejemplo, la agenda del gobierno en materia de política exterior? ¿Es la que declara el canciller de la República, abiertamente favorable a la apertura comercial y a los tratados de libre comercio, o es la que define la bancada oficialista, que quiere encierro y cajonea un acuerdo ya firmado con Chile? ¿Cuál es la agenda del gobierno en materia educativa? ¿Es la agenda del inmovilismo promovida por una ANEP que ha renunciado a cambiar el sistema de elección de horas en la enseñanza media, o es la agenda de construcción de nuevas opciones educativas que la empresa UPM ha impuesto desde Finlandia y que el gobierno ha aceptado con actitud cipaya? ¿Cuál es la solución que propone el gobierno para el "problema de los cincuentones"? ¿Es la solución irresponsable y extremadamente onerosa que propone el señor Murro desde el BPS, o es la que se derivaría de los planteos que hace el Ministerio de Economía?

En la época del presidente Mujica se hablaba de dos equipos económicos paralelos. Hoy hay dos versiones de casi cualquier política pública. En este contexto, el presidente Vázquez no solo parece cada día menos presidencial, sino cada vez menos dirigente del partido de gobierno. Alentar temores invendibles no va a ayudarlo.

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