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Montevideo nos une

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Javier García
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Al 2019 hay que llegar no solo con los candidatos nacionales, sino también con los candidatos a la Intendencia de Montevideo y a cada municipio, por más que estos se elijan en 2020.

Recorremos el país, vemos experiencias muy exitosas de intendentes nacionalistas en el interior casi como parte del paisaje natural de varios departamentos, y sin embrago le huimos a un plan político de largo alcance para el departamento que, nos guste o no, centralismo mediante, concentra más habitantes y ejerce el centro político administrativo del Uruguay. El centralismo es un problema en todo sentido, pero existe.

Está pasando, también, que cada vez hay más montevideanos que priorizan y piden respuestas sobre temas de la gestión departamental. Ese es un fenómeno común en el interior, donde importa más muchas veces el candidato a intendente que a diputado o senador.

En la capital empezó a darse un proceso de interés creciente en los temas de cercanía. El vecino cuando sale de su casa no se encuentra con el ministro de Economía ni con la reforma de la salud, sino con su cuadra, con la vereda rota, los corredores viales que son una rifa a la vida, el transporte lento, sucio y caro, la basura acumulada cada dos por tres, la mala iluminación de la cuadra y la inseguridad que genera. "La vecindad" empieza a tener una relevancia que no tenía.

Un partido político con vocación de gobierno no puede presentarse a una elección nacional sin una agenda para la capital. Luego de 30 años de gobierno del FA, miles de millones de dólares y mayorías propias, los principales temas están pendientes: la basura, el tránsito, la movilidad y la gestión territorial. Nadie se puede comer la pastilla de Martínez. El departamento está endeudado y es deficitario en obras de infraestructura (de los corredores Garzón y Gral. Flores mejor ni hablar).

Los que tenemos vocación de cambio tenemos que votar juntos. Sesenta es más que 40, pero si 60 vota dividido, 40 es más. Por eso se necesita que todos aquellos que queremos una transformación a la eficiencia, modernidad y cercanía debemos votar unidos.

La experiencia pasada de la "Concertación" fue muy discutida. Lo que es objetivo es que gracias a ella el Partido Nacional logró lo que desde 1958 no podía: gobernar una parte de Montevideo. Dos municipios tienen alcaldes blancos que muestran su gestión, uno de ellos obtenido exclusivamente por haber votado en la "Concertación". Faltó un puñado de votos para ganar dos más. Hay concejales municipales en todos los municipios.

Que nos faltó experiencia y tuvimos fallas en el funcionamiento de la "Concertación" es verdad. Pero eso no inhabilita el instrumento. La herramienta es buena, pero además sin ella no hay posibilidades ciertas. Sería una necedad negarlo. Búsquese el nombre que se quiera o la fórmula que parezca, pero electoralmente no hay ninguna que no pase por encontrar un ámbito de unidad política electoral entre todos aquellos que coincidimos en mejorar la gestión en Montevideo.

Un partido político además de quejarse y confrontar ideas tiene que ser eficaz, sino es un club de amigos correligionarios. Si no encaramos esto con decisión y lo ponemos en línea a la elección nacional, como un aporte decisivo en la capital, seremos responsables de cinco años más de Frente Amplio. Somos más los que queremos cambiar. Es hora de dar la lucha y no morir con los ojos abiertos.

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