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Ucrania y Rusia

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Matías Chlapowski
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Los rusos piensan que Ucrania les pertenece. Más, que es parte de ellos mismos y que debe ser reincorporada a la nación. Será muy difícil para Ucrania mantener su independencia, forjar su camino en libertad.

Primero Putin y si no lo logra él, vendrán otros que tratarán de doblegar y someter a ese pueblo. Conviene recordar algo de su historia para entender el drama.

Antes que muchos países en el mundo, en el siglo X nació Ucrania, un importante pueblo eslavo que se llamó Kievan Rus, ubicado en una vasta área alrededor de Kiev. Luego, por desavenencias internas, repetidas invasiones tártaras y la ocupación de los mongoles, parte de los ucranianos emigraron al norte, hacia Moscú. En el siglo XIII, el Reino de Polonia y Lituania derrotaron a los Mongoles y ocuparon gran parte de Ucrania. En el siglo XVII lograron independizarse de Polonia (1648) pero pronto tuvieron que pedir la protección de Rusia que repartió con Polonia el dominio de sus tierras hasta que la zarina Catalina II (la Grande) a finales del siglo XVIII se apoderó de la totalidad del país (y también de parte de Polonia) y los incorporó a su imperio. Cabe recordar que parte del sur de Ucrania estuvo también dominada por el Imperio Otomano. Luego de frecuentes guerras los rusos terminaron triunfando sobre los turcos.

A través de los años hubo revueltas independentistas y cuando terminaban las hostilidades entre Alemania y Rusia (Primera Guerra Mundial) y se gestaba la revolución comunista en el norte, Ucrania (en 1917) nuevamente declaró su independencia de Rusia. Le duró poco y en 1920 fue incorporada a la Unión Soviética (URSS) como república independiente pero totalmente subyugada a Moscú.

Stalin fue muy cruel con los campesinos ucranianos. Los sometió a una tremenda hambruna en la que murieron entre 3,5 y 10 millones de ucranianos étnicos. El objetivo político era doblegarlos al comunismo, erradicar la idea de la propiedad privada, la mentalidad "pequeño burguesa" y lograr a toda costa recursos para la industrialización de la URSS (se les ordenó exportar todas sus semillas). Las cifras sobre las muertes son dispares, en parte por esfuerzos posteriores por destruirla escasa evidencia que quedaba. Mientras los jerarcas del partido viajaban por tren blindado a Crimea para sus vacaciones, a lo largo de las vías férreas estaban los niños cadavéricos mendigando para que les tiraran del tren algún trozo de pan, según cuentan los cronistas de aquella época (1930-32).

Se mantiene sin embargo, la ficción de "independencia" y Ucrania es uno de los signatarios originales de las Naciones Unidas (ONU) en 1945. Entre esa fecha y la implosión de la URSS 1991, se debe recordar un trágico episodio. La explosión de la central atómica de Chernobyl (1986) que causó no menos de 150.000 muertos directos e indirectos (leucemia, etc.) y contaminó por muchos años 40.000 km cuadrados de campos en otros tiempos muy fértiles. Al día de hoy, los ucranianos culpan a los rusos por negligencia y desaprensión.

A medida que caía el comunismo en la región, el 2 de diciembre de 1991, en un referéndum se aprobó nuevamente la independencia de Ucrania (90% de los votos a favor) y la separación de una URSS, que se estaba desmoronando. Pero desde que los rusos se ordenaron un poco (1994) se han inmiscuido en su política interna y han tratado de someter a su vecino. La primera prioridad de los rusos (y de los norteamericanos) era retirar de sus manos parte del arsenal atómico de la ex URSS (Start-1 de no proliferación). En la actualidad, más de un ucraniano debe lamentar no haberse quedado con algunas bombas y misiles, al pensar que de haberlos conservado, los rusos los respetarían más.

En épocas más recientes los rusos impusieron a un partidario suyo, Víctor Yanukovych de mala gestión y corrupto, como presidente. El pueblo cansado, se rebeló y durante semanas ocupó la plaza central. Siguieron las manifestaciones que terminaron con una salvaje represión y muchos muertos. Yanukovych temiendo quedar preso, huyó finalmente a Rusia. Se organizaron elecciones y ganó Petro Poroshenko, un empresario pro occidental. Ucrania busca el apoyo de la OTAN (no lo consigue) y solicita armas con escasos resultados. Se produce un gran vuelco en contra de su gran vecino. Putin enfurecido, reacciona invadiendo Crimea y al ver que la respuesta de Occidente es modesta y prudente, duplica la apuesta e impulsa a algunos disidentes en la zona este —poblada mayormente por rusos— a rebelarse contra el nuevo régimen en Kiev. Además envía armas y agitadores para organizar la rebelión y unidades de su ejército (sin distintivos), llamados por la prensa internacional "little green men". Esta guerra, en 4 años ya ha cobrado nada menos que 10.000 muertos, muchos heridos y mutilados, destrucción y pérdidas en producción y el derribo de Malaysia MH17 en 2014 con 298 víctimas fatales. No contento con esto, Putin ahora comenzó el hostigamiento de barcos ucranianos en el Mar Negro, impidiendo la entrada de sus naves al Mar de Azov cuya costa comparten Ucrania y Rusia. Pretenden ahogar sus importantes puertos. La provocación no cesa y la presión aumenta.

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