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Falopa, Manini Ríos y viva la Pepa

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MARTÍN AGUIRRE
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Una de las explicaciones del ascenso político de una figura como Manini Ríos es que hay mucha gente que cree que Uruguay hoy es un caos. Y que se precisa alguien con ese perfil severo para poner orden.

Si ese fuera el caso, las noticias de los últimos meses podrían haber sido diseñadas por un asesor de campaña del excomandante en jefe del Ejército.

Veamos algunas, seleccionadas al azar. Hace apenas unas semanas el preso más significativo de las cárceles uruguayas, el capo de mafia calabresa Rocco Morabito, se escapó por una banderola de una prisión en pleno centro de la capital del país, donde tiene sus oficinas además la jefatura de Policía. Salió, se tomó un taxi, dio un paseo hasta Minas y no se ha vuelto a saber de su vida.

Los detalles del caso, como que justo no funcionaban las cámaras de seguridad o que había informes de un año atrás advirtiendo de la fuga, solo agregan nafta al fuego de la indignidad. Pero más allá de un funcionario de segundo orden, no rodaron cabezas, ni pasó nada destacable.

Unas semanas antes, un cargamento de 450 quilos de cocaína fue capturado en el puerto de Hamburgo, disimulado en un envío de arroz procedente de Uruguay. La reacción de las autoridades fue por parte del presidente de la Administración de Puertos, que había una investigación de la que, cinco meses después sigue sin haber noticias. Y por parte de la Policía, decir que era imposible que eso haya salido de aquí, y que casi seguro el envío se había “contaminado” en algún puerto en el camino. ¡Tranquilos nosotros!

Pues bien, hace apenas unos días otro cargamento de 603 quilos de cocaína fue capturado en Francia, con el detalle de que la aeronave había salido, de nuevo, de Uruguay. Los datos posteriores solo pusieron sal en la herida, al saberse que los paquetes habían pasado por el escáner, y que los funcionarios que lo controlan no hicieron nada. También ahora se informa que ese avión ya había tenido otros vuelos previos por Uruguay. ¿La reacción de las autoridades? Pues el director de Aduanas, Enrique Canon dijo que ellos hicieron todo bien, que se cumplió el protocolo al pie de la letra. Ah, Canon dijo que no iba a haber investigación interna porque “no hay ninguna sustancia como para iniciar una. Con la riqueza del idioma español, el tipo ¡¡¡¡dijo que no había “sustancia”!!!

La Policía no comentó nada, aunque alguno de sus voceros oficiosos intentó sembrar la idea de que había sido una “entrega vigilada”, algo de lo cual nadie nunca más habló. Tampoco rodaron cabezas, no hubo responsabilidades jerárquicas, nada. ¡Vamo’ arriba!

No pasó ni una semana, que ahora un cargamento de cocaína de 4 toneladas del alcaloide favorito de los gastadores de estaño, es capturado en Alemania. Esta vez en prolijos bolsos deportivos que iban en un contenedor que supuestamente llevaba porotos de soja. Se trata de uno de los alijos de cocaína más grandes capturados alguna vez en toda Europa y venía, otra vez, de Uruguay.

Nuevamente, las autoridades no hacen comentarios, salvo por el presidente de la ANP que aseguró que “se investigarán todos los embarques de soja de los últimos años”. Bueno, también habría que investigar los de arroz, que aún esperamos por los resultados de aquella investigación de hace unos meses. O de lana, ya que el año pasado fue mezclado con eso que encontraron otra media tonelada de coca.

Dos cosas quedan en claro con todo esto. La primera, que las fronteras uruguayas son un colador, por el que pasa cualquier cosa, sin que las autoridades tengan idea al respecto. Algo que ya había advertido hace años el periodista argentino Jorge Lanata, solo para recibir agravios del expresidente Mujica.

La segunda, es que somos un país donde la corrupción campea en todos los niveles. ¿O alguien cree que lo de Morabito fue un ataque de ingenio? ¿O que estos fueron los primeros embarques de droga salidos de Uruguay? ¿O que la Policía, la Aduana, la ANP, estaban al tanto y dejaron pasar todo para ayudar a la policía europea?

La tercera, es que Uruguay es un “viva la Pepa”. Pasan este tipo de cosas, una, dos, tres, cuatro veces, y los mismos jerarcas siguen atornillados a la silla, nadie se hace cargo, y aquí no ha pasado nada. Según reconoció el director de Aduanas, capaz que “Uruguay no queda bien parado” con estas cosas. ¿En serio? Nooo. No exageremos, por favor.

Tal vez estas declaraciones fueron demasiado, y alguien en un rapto de pudor republicano le pidió la renuncia a Canon. Y este tuvo la decencia de entregarla. Pero es lo mínimo que podía hacer, y eso difícilmente lo transforme en un mártir de la democracia, como lo quieren pintar algunos. Es más, alguna persona muy, muy cínica (no este periodista, desde ya), podría sugerir que la proximidad de las elecciones pudo haber tenido algo que ver al respecto.

Manini se refriega las manitos pensando en octubre.

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