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El vuelo de la vida

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Luciano Álvarez
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Afines de 1975, la ROE y el OPR 33 se habían convertido en el Partido por la Victoria (PVP) y como carta de presentación concibieron dos proyectos. Uno, el Operativo Aurora (11 de enero de 1976): cinco atentados en Punta del Este cuyos daños materiales fueros menores y no hubo víctima alguna. El otro mucho más ambicioso, el Plan de aparición, un proyecto de publicidad y propaganda.

Los revolucionarios ignoraban, sin embargo, que la OCOA (Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas), en acuerdo con la banda criminal argentina de Aníbal Gordon ya se había lanzado sobre el PVP.

"Entre marzo y julio de 1976, se registraron dos asesinatos, siete desapariciones forzadas y veintisiete personas detenidas ilegalmente. Un total de treinta y seis víctimas que incluía a un bebé de apenas veinte días, Simón [Riquelo]", (Francesca Lessa). La mayoría de los detenidos mediaba la veintena de su vida mientras que sus captores uruguayos iban desde los 31 a los 40 años; el Mayor José Nino Gavazzo tenía 37.

Ana Quadros, una de las detenidas, recuerda haber escuchado a los oficiales uruguayos y argentinos discutir sobre su suerte: "Los argentinos querían matarnos y los uruguayos —y ahí la voz cantante era la de Gavazzo —querían traernos acá. Al fin ganaron los uruguayos." (L. Haberkorn, Gavazzo sin piedad).

Luego de meses se padecimientos en Automotores Orletti, el 26 de julio comenzó el traslado a Montevideo. Así consta en la denuncia de Enrique Rodríguez Larreta Piera, de 55 años —"el viejo", para los secuestradores— que había llegado a Buenos Aires con la intención de encontrar a su hijo, fue detenido y llevado a Orletti; allí se encontraron.

Entonces "se nos colocó tela adhesiva en los ojos y en la boca... Nos hicieron subir a la caja de un camión y sentarnos en el piso. […] Iba fuertemente custodiado a juzgar por el ruido de numerosas motos y automóviles a nuestro alrededor, que hacían sonar sirenas en los cruces para interrumpir el tránsito".

Ana Quadros recuerda que el aeropuerto era un alboroto: "También trasladaban el botín de guerra, había cosas, cositas, muebles, no fue un operativo silencioso" El robo de todo lo que encontraban en las casas allanadas era una constante fuente de conflictos entre la banda de Gordon y los uruguayos.

Viajaron en un avión "Fairchild" de la Fuerza Aérea Uruguaya hasta la Base N° 1. De los 23 embarcados había una pareja de tupamaros de menor calibre, y el mencionado Rodríguez Larreta, el resto eran PVP.

En Buenos Aires habían quedado —y nunca más se supo de ellos— los dirigentes León Duarte y Gerardo Gatti, así como José Enrique Caitano y Julio Rodríguez, los que, sumados a Ary Cabrera, Eduardo Chizzola y Elena Quinteros, detenida en Montevideo, serían los primeros siete de la larga lista que convierte al PVP, en término absolutos y relativos, en el grupo uruguayo con mayor número de desaparecidos; uno de los grandes misterios. Del mismo modo, el llamado "primer vuelo" es otra de las tantas paradojas y secretos de esta historia rocambolesca.

Si los detenidos a partir de septiembre desaparecerían todos, salvo uno, ¿por qué salvaron a estos 23 traídos en julio?

El 15 de agosto del 2006 Gavazzo declaró ante el juez Luis Charles que el vuelo fue "para salvar la vida" de los uruguayos recluidos en Orletti. En "Gavazzo sin piedad", el militar se agravia porque nunca le agradecieron que les salvara la vida. "¿Por qué llaman vuelo de la muerte a un verdadero vuelo por la vida?" Mal que pese es verdad.

En el expediente judicial 98 -247/2006, el Cnel. Ernesto Ramas protestó: "y debo decirles que hoy están vivos gracias a OCOA […], pero hoy están vivos y me acusan" (fs. 814).

El Cnel. Gilberto Vázquez sostiene, en cambio, que no fueron "rescatados" por "cuestiones humanitarias" sino porque "eran fuente de información". En realidad, luego de pasar varios meses en el infierno de Orletti, ¿lograrían más información trayéndolos a Montevideo? Por otro lado ¿los desaparecidos posteriores no eran, también, fuente de información? Objetivamente es difícil sostener sin dudas razonables qué fue primero, si mantener con vida a los presos, de acuerdo a una política seguida por el gobierno de facto, o si todo era parte de un montaje.

Todos los testimonios concuerdan en que el egocéntrico y astuto Mayor Gavazzo era el gran guionista y director. El 25 de junio, un informe confidencial advirtió a los superiores sobre el poder supuesto del PVP actuando en Uruguay, Argentina y Europa, mientras su aparato armado (OPR 33) planeaba una serie de atentados contra militares y civiles en una variopinta lista que incluía a Gavazzo junto a Jorge Batlle y Cataldi, presidente de Peñarol. Una redada contra el PVP sería un impacto informativo.

En el avión "Fairchild" había llegado una buena parte del elenco. Luego de un mes en el centro clandestino de Punta Gorda, el "300 Carlos", el 14 de agosto los trasladaron al edificio de Bulevar Artigas 1532, casi Palmar.

"Nos llevaron a un subsuelo, un cuarto grande sin ventanas que tenía una apertura en forma de arcada, ahí pasábamos los días sentados en bancos de madera y vendados esperando que nos llevaran a interrogar." (Ana Quadros) Félix Díaz, Laura Anzalone y Pilar Nores, los delatores, fueron separados del resto del grupo. El 23 de agosto cesaron las torturas y palizas. Rodríguez Larreta —lo calculó por las referencias a la fecha patria— cuenta que el 26 llegó Gavazzo, los hizo poner de pie y les recordó que le debían la vida a las fuerzas de seguridad del Uruguay que los habían rescatado de los asesinos argentinos, pero también advirtió que estaban en sus manos, que nadie sabía de su paradero. Por lo tanto debían colaborar simulando una tentativa de invasión armada que sería desbaratada por la OCOA.

Gavazzo, aunque también participaron otros, explicó, negoció con los detenidos y también los apremió. El proceso fue interrumpido cuando desapareció un tiempo; tenía asuntos importantes en Buenos Aires. Cuando reapareció, los detenidos firmaron el acta de acuerdo: confesaban los supuestos planes y a cambio recibirían una pena relativamente leve, un promedio de cinco años, que fue respetada.

"Éramos conscientes que teníamos que optar entre la vida o la muerte, aceptar y firmar las actas o ser asesinados y desaparecidos." (Ana Quadros).

Había nacido la Operación Suzy.

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