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El gobierno no cumple

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Julia Rodríguez Larreta
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Alos gobiernos del Frente Amplio se les da muy fácil aquello de las frases eslogan y los grandes vaticinios. 

Quién no recuerda a Vázquez, al asumir en su primer período, cuando con tono profético aseguró como primer Presidente de ese partido, "podremos meter la pata, pero jamás la mano en la lata". Los comentarios sobran.

O la noticia que dio sobre que nuestro fondo marino era un gigantesco reservorio de gas; la necesidad de comprar petróleo en el exterior pronto sería cosa del pasado. O Mujica, cuando aseguró que en su gobierno los trenes volverían a correr a no menos de 60 km. por hora. Que teníamos un futuro asegurado como exportadores de mineral de hierro y muy pronto también, un puerto de aguas profundas. O la definitiva solución energética gracias a la construcción de tamaña regasificadora, que nunca vio la luz pero produjo un agujero en las arcas nacionales.

En la última etapa, una de las grandes promesas de Vázquez durante su campaña fue que en un próximo mandato suyo, las rapiñas bajarían un 30%. Lo que le faltó decir fue que seguiría como Ministro del Interior, Eduardo (Bicho) Bonomi, el mismo que tan poco suceso había tenido al frente de dicha cartera en la previa Administración. Y como se podía esperar, bajo su dirección en esta etapa del gobierno frenteamplista, no solo ha sido más de lo mismo, sino mucho peor.

Cuando la oposición insiste en que esta persona es inadecuada para seguir al frente del Ministerio del Interior debido al notorio fracaso de su gestión, desde las tiendas oficialistas reaccionan diciendo que el reclamo no es otra cosa que pura politiquería. Sin embargo, no solo se trata de una percepción real y generalizada a nivel de la sociedad, el que estamos muy mal. Gracias a los estudios estadísticos que lleva adelante hace 10 años Fundapro, es posible observar gráficas que demuestran fríamente, en blanco y negro, lo que ha venido sucediendo en cuestión de seguridad en el país del Frente Amplio y del ministro Bonomi.

Desde 2012 a la fecha, se ha registrado un incremento sustancial y permanente en el número de homicidios cada año y en el 2018 se nota una repetición del fenómeno ocurrido en el 2012. Al hacer proyecciones en base a 4 modelos diferentes, aun aplicando el más favorable, ante la consolidación de la tendencia el vaticinio es que el 2018 va a alcanzar un nuevo récord histórico en el número de asesinatos. Mientras el promedio, en el tiempo que va del 2011 al 2017 marca la ocurrencia de 141 asesinatos, al mes de junio de este año ya son 215 o sea, un promedio que supera los días de un mes; 36. Para demostrarlo de otra manera, ha ocurrido un homicidio cada 20 horas, en los primeros 6 meses del año. Entre ellos, 8 presos muertos, 28 mujeres por violencia doméstica, copamientos rapiñas y hurtos y 4 policías.

Para no quedar en una sopa de números recordemos al joven de 18 años, repartidor de pan, hace poco llegado de su pueblo natal para trabajar en la ciudad, que el miércoles fue abatido al tiempo que lo asaltaban. O al chico de 20 que murió en estos días, o al soldado de también solo 20 años a quien por robarle la moto también le robaron la vida. O la niña que dormía en su casa y la bala perdida de un tiroteo no solo perforó su vivienda sino también su cuerpo, produciéndole la muerte. O el joven golfista proveniente de un barrio carenciado que sin embargo se estaba abriendo un porvenir en el campo del deporte, a quien también liquidaron sin miramiento alguno, para llevarse sus pertenencias. La macabra lista continúa interminablemente mientras en 10 días, hubo quince robos a distintos ómnibus y en Paso Molino se vivieron momentos de pánico por los tiros de unos delincuentes en pleno mediodía. Y las bandas de delincuentes que echaron de sus moradas a 140 familias, además de las baleadas ambulancias. Resultado, las personas cada vez más indefensas y desprotegidas. Los servicios médicos se niegan a entrar en ciertas zonas y los carteros, otro tanto. Las aseguradoras dan cuenta del 45% de aumento de robos de vehículos.

Hablar de Estado fallido no parece ser una exageración y máxime si tenemos en cuenta que no es imposible reducir la delincuencia, como lo prueban datos oficiales de otros países. En la vecina Argentina, entre 2016 y 17 la tasa de homicidios dolosos cada 100 mil habitantes disminuyó 13%; en EE.UU. la tasa cayó de 8,5 c/100 mil en 1988 a 5,5 c/100 mil habitantes en 2017 y en Alemania los índices de criminalidad son los más bajos en 25 años.

Aunque la cifras sobre las rapiñas son mucho más difíciles de verificar que los homicidios, cosa que sabe el Sr. Vázquez, empezando porque hoy en día es tan poca la confianza en los resultados que puede traer el hacer una denuncia, a no ser que no haya más remedio porque hay que recuperar documentos y las víctimas de atracos prefieren ahorrarse un tiempo mal gastado, igual hay ciertos indicios. Extraoficialmente se ha adelantado que las rapiñas (hurto violento) en el primer semestre crecieron 57%. De 8.459 a 13.269, antes de que finalizara junio. Como se ve, hay que cambiar de color de gobierno. Esto no da para más.

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