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Debates sí, debates no

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La semana pasada estando en Brasil, tuve la oportunidad de ver el último de los debates entre los candidatos brasileños. El mismo me produjo varias impresiones. La primera fue la seriedad, el respeto y el profesionalismo, con el que se manejó el programa. La discreción e idoneidad del conductor periodístico y la forma en que se desempeñaron los participantes. Seis en total, aunque los que captaran la mayor atención fueran la Presidente Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), a quien habitualmente se dirigían a ella como “candidata”. Marina Silva por el Partido Socialista, al que se integró un tiempo antes del trágico accidente que le costara la vida a su líder, Eduardo Campos, y Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia (PSDB), ex Gobernador por dos veces, del estado de Minas Gerais.

La segunda fue que después de esta intervención, Neves tenía que subir en el puntaje que le daban las encuestas que lo ubicaban en el tercer lugar. Y así fue. Al poco rato de

La semana pasada estando en Brasil, tuve la oportunidad de ver el último de los debates entre los candidatos brasileños. El mismo me produjo varias impresiones. La primera fue la seriedad, el respeto y el profesionalismo, con el que se manejó el programa. La discreción e idoneidad del conductor periodístico y la forma en que se desempeñaron los participantes. Seis en total, aunque los que captaran la mayor atención fueran la Presidente Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), a quien habitualmente se dirigían a ella como “candidata”. Marina Silva por el Partido Socialista, al que se integró un tiempo antes del trágico accidente que le costara la vida a su líder, Eduardo Campos, y Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia (PSDB), ex Gobernador por dos veces, del estado de Minas Gerais.

La segunda fue que después de esta intervención, Neves tenía que subir en el puntaje que le daban las encuestas que lo ubicaban en el tercer lugar. Y así fue. Al poco rato de terminada la votación, ya se constató que habría segunda vuelta y que la contienda de Dilma, no sería contra Marina, sino contra Aécio. También en Brasil, los ríos de tinta, el destaque televisivo de su figura y los números de las encuestadoras pronosticando el segundo lugar para Silva, (hasta se dijo que podía ganarle a Dilma) fueron errados. Un tanto parecido al fiasco de las uruguayas, cuando las elecciones internas de los partidos.

Otra cosa que llama la atención es la diferencia de lo que ocurre en Brasil y en Uruguay en cuanto a debates presidenciales. Mientras en el primero, la ciudadanía puede ver y escuchar a los distintos candidatos y sacar sus propias conclusiones antes de votar, en nuestro país, el electorado no tiene esta opción. Lo que se intentó en el Ateneo de Montevideo el jueves, aparte del aspecto bastante vetusto del formato del programa que montara Andebu, fue más una presentación que un debate, además de la mala imagen que dio el lugar vacío correspondiente a Tabaré Vázquez, dado que el candidato del F.A. rehuye exponerse ante el gran público. Otro aspecto a resaltar es la eficiencia del operativo eleccionario, puesto que en un país tan vasto, con más de 200 millones de habitantes, al poco rato de cerradas las urnas, ya se conocía el resultado cuasi definitivo, con más del 90% de los circuitos escrutados, de unos comicios donde además se elegían legisladores y gobernadores. Una demostración de civismo y modernidad, en un ambiente de paz, que dejó muy bien parados a nuestros vecinos.

A lo largo del debate, Rousseff dominó la escena con un porte cuasi imperial y un aplomo contundente. Silva en cambio, no pudo disimular sus flaquezas para ocuparse de la conducción de la nación, aunque a su favor jugara su admirable historia de superación personal. Neves por su parte, sin perder su dejo de simpatía ni tampoco su seriedad, denotó la solvencia de un político con trayectoria y experiencia de gobierno. Lo que dijeron las urnas el domingo correspondió muy lógicamente con esa visión. Dilma obtuvo arriba del 41%, Aécio el 33,55% y Marina el 21,33%. Los dados están echados, habrá ballotage y la gran interrogante es si después de 12 años de gobierno, el PT y sus asociados tendrán que dejarle el mando al PSDB y los suyos, entrando en el camino de una sana alternancia. De cómo se desarrollen las conversaciones entre Aécio y Marina depende este final ajustado. Sabiamente, el ex Presidente Cardoso, ha sido encargado de las negociaciones. Si bien la ecologista se ha hecho desear, según la encuesta de Data Folha, un 66% de los votantes de Marina apoyarían a Neves y 18% a Dilma. Dos partidos que respaldaban a Marina ya se han pronunciado por Aécio, entre ellos el Partido Socialista en el que militaba el accidentado Campos y otros tres menores. El PT con sus aliados conservan la mayoría en el Congreso aunque perdieron escaños, así que si bien Neves amplió su base legislativa, de triunfar no le va a ser fácil. En lo que a Uruguay respecta, las declaraciones de Neves tendientes a liberalizar el Mercosur, resultan esperanzadoras. La posibilidad de hacer acuerdos como se hizo con Méxco interesa.

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Julia Rodríguez Larreta

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