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El precio del exceso

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El asesinato de la diputada laborista Jo Cox, una firme partidaria de permanecer en la Unión Europea, conmueve a la Gran Bretaña. Por varios motivos, incluyendo el natural impacto que causa la muerte violenta de una diputada que era ampliamente apreciada por sus pares en la Cámara de Diputados.

El asesinato de la diputada laborista Jo Cox, una firme partidaria de permanecer en la Unión Europea, conmueve a la Gran Bretaña. Por varios motivos, incluyendo el natural impacto que causa la muerte violenta de una diputada que era ampliamente apreciada por sus pares en la Cámara de Diputados.

Lo acontecido también acentúa la preocupación por el curso cada vez menos racional que ha tomado el debate sobre permanecer, o no, en la Unión Europea.

El asesino, según declararon testigos, habría gritado “Britain first” (Gran Bretaña primero”) mientras atacaba a Cox. Britain First es considerada como la principal organización de extrema derecha de la Gran Bretaña. Es contraria a los inmigrantes y respalda con entusiasmo la propuesta de que el Reino Unido abandone la Unión Europea. Aunque tiene pocos adherentes, su prédica a través de la red parecería haber influido en el asesino de la diputada laborista.

En el acto de homenaje a la diputada caída, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, declaró que lo acontecido era directamente un ataque contra la democracia y que no se debía permitir que quienes predican el odio consigan dividir a la sociedad. En esa misma oportunidad, el primer ministro, David Cameron, del Partido Conservador, insistió sobre el tema y dijo que era necesario erradicar la intolerancia de la política.

Esa es una preocupación mucho más amplia en la Unión Europea, donde en los últimos años han adquirido fuerza varios partidos de extrema derecha. Partidos que comparten, entre otros aspectos, su discurso intolerante y el odio a los inmigrantes.

La canciller Federal alemana, Angela Merkel, también se refirió a ese problema. Consultada por los periodistas sobre la tragedia en Gran Bretaña, Merkel reflexionó que la exageración y radicalización del discurso no contribuyen a fortalecer una atmósfera de respeto. Es por ese motivo, continuó, que valoramos las reglas del proceso democrático. Merkel destacó la importancia de establecer límites, ya sea en la forma de expresar nuestras ideas, como en la elección de los argumentos para respaldar nuestros puntos de vista o para expresar nuestros desacuerdos.

Es una reflexión relevante de un líder político perteneciente a un país que en medio siglo padeció, primero, la feroz retórica racista del nacional-socialismo y, después, el newspeak del socialismo real (comunismo) en la RDA, que Merkel conoció muy bien.

La tragedia debería recordarnos que en todas las sociedades existen fuerzas irracionales e inesperadas (que se salen de lo político para entrar en las profundidades del alma humana), acechando para salir a la superficie cuando se las azuza lo suficiente. Incluso en una sociedad que, como la británica, parecería estar dominada por el pragmatismo, el respeto al fair play y la tolerancia.

Aún es temprano para determinar cómo influirá la muerte violenta de Cox sobre el referéndum acerca de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, el próximo 23 de junio. Ayer, las encuestas indicaban un empate entre los partidarios de salir y los de permanecer. Por otro lado, sin embargo, la mayoría de los apostadores -bookies- apuestan su buen dinero a que el Reino Unido permanecerá en la Unión. Es un indicador más confiable que todas las encuestas juntas.

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Juan Oribe Stemmer

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