Publicidad

Una mala idea

Compartir esta noticia

RODOLFO SIENRA ROOSEN

La idea era hablar de la Navidad, del sentido que tiene la magia sin igual de esta noche que convoca a la adoración del pesebre de Belén, el símbolo de la familia a que oficialmente brinda homenaje un Estado laico en esta festividad.

Pero el superior gobierno nos llevó a cambiar de planes con su decisión de adosarle al 19 de junio, el día de Artigas, el nombrete de un "Nunca Más", exteriorización de voluntad con la que se pretende sellar la reconciliación de los orientales enfrentados desde los tiempos trágicos de la dictadura.

No dudo de la buena intención de la iniciativa. El gobierno quiere dar por terminada la tarea de buscar desaparecidos porque tiene conciencia que difícilmente pueda llegar a más de lo que llegó.

Eso no significa que en los casos que se justifique hacerlo no se siga investigando, pero la idea parece ser la de concentrar la atención del país en otros menesteres a los que hay que atender en el presente y para preparar su futuro.

Está bien entonces tratar de sepultar los sentimientos de odio y de rencor que despierta el recuerdo del pasado. Pero me temo que se haga de la torta un pan.

Tendría que decir en primer lugar que se llega tarde. Se ha dejado avanzar demasiado lejos el resquebrajamiento de nuestra sociedad, dividida en dos partes asimétricas, una que vive con los ojos en la nuca pidiendo más que justicia venganza, y otra que hace fuerza para cinchar por el desempantanamiento del país de su esclavitud a una memoria enfermiza.

Costará conseguir ese propósito y ahí está para demostrarlo la reacción de una agrupación de familiares de desaparecidos que al enterarse de la medida salió a objetar que las reconciliaciones no se decretan.

De todas maneras algún día había que empezar esta tarea, pero no por esta vía.

A mí no me queda claro cuál es el objetivo de ese "nunca más". ¿Nunca más una dictadura, nunca más el pisoteo de las garantías constitucionales, del derecho a la libertad, nunca más asesinatos y torturas desencadenados por el terrorismo del Estado, o nunca más también una guerrilla organizada que pretendió encaramarse en el poder por las armas, instruida por el dictador comunista -cuya vida se va apagando en Cuba para entrar de la mano con Pinochet en el infierno- que asoló el país con toda clase de tropelías, asaltos y secuestros que también fueron torturas y asesinatos a mansalva, que trajo como consecuencia la dictadura militar, para después terminar amnistiada como si nada hubiera pasado?

No, este nunca más no es completo, porque el gobierno no es neutral en ese encuentro de sentimientos.

Lo integran y lo apoyan varios de esos guerrilleros, algunos de los cuales hace poco rindieron tributo de honor a la memoria de uno de los miembros de la organización que le robó al país la bandera de los Treinta y Tres Orientales. Por eso, porque la conmemoración no es neutral, cada día que se recuerde el "nunca más" se reavivarán los rencores y las divisiones entre los uruguayos en lugar de alentar la reconciliación que se busca.

Otro error, finalmente, es ubicar ese "nunca más" flechado, aparcelado, nada menos que el día de Artigas. Si algo puede unir a los orientales, será siempre la veneración por su Jefe. Con esta asimilación, se capitalizará la figura nacional de Artigas en beneficio parcializado y sectario.

Está mal, todo mal.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad