Publicidad

Feliz Navidad

Compartir esta noticia

Javier García

La oposición tiene el enorme desafío de ser la alternativa. Pero no alcanza con proyectos de ley ni con interpelaciones, eso es lo que corresponde democráticamente y es el contrapeso necesario aunque por las mayorías legislativas actuales no sea muy eficaz, pero nuestro deber va mucho más allá.

Nos hemos quedado, vaya como autocrítica, en los titulares del diario de la fecha y mientras, en una catarata interminable de sucesos, en Uruguay van quedando por el camino valores importantes. La inmediatez de la política nos distrajo de lo esencial que es dar la batalla por una sociedad diferente.

No vamos a ser mucho mejores o peores por una ley más o una menos por importante que sea, pero sí tendrá consecuencias si se impone definitivamente el modelo político que impulsan los sectores que mandan en el Frente Amplio, que son el MPP, el Partido Comunista y las corporaciones.

El quiebre para la elección del 2014 no es solo entre partidos, es entre modelos de sociedad. La cantinela simplona de dividir entre derechas e izquierdas ya no se la cree nadie. De ello, por si hacía falta, se encargó Vázquez en su alianza belicista con el prototipo de la derecha conservadora americana como es el expresidente Bush.

No habrá tampoco herencias malditas a las cuales adjudicar desgracias, todo serán autopases y lo que el FA hizo bien será su responsabilidad y lo malo también. El quiebre pasa por la sociedad del trabajo y del esfuerzo o el Uruguay del clientelismo pobrista. Asegurar que el pobre necesite de la política para llegar a fin de mes es el proyecto frentista.

Si solo necesita de su trabajo, cuando vote lo hará con libertad y sin deberle nada a nadie, ese el nuestro. Lo mismo pasa con la educación.

Las corporaciones hablan de la educación pública pero no de los muchachos de carne y hueso que van a las escuelas y liceos.

En el 2014 se juega un Uruguay con una enseñanza pobre para pobres o con un modelo donde las escuelas y liceos sean la pista de lanzamiento para igualar a los uruguayos, para crecer y para lucharla en la vida con trabajo, con profesiones y con oficios.

Usando términos que le gustan a algunos, a la derecha no le preocupan ni la educación pública ni "generar" conciencia, quiere dádiva y comprar voluntades. Bueno eso es lo que hace el Frente acá, es decir la derecha uruguaya.

Y por último se juega una sociedad donde el poder tenga límites y el respeto primero sea de arriba hacia abajo.

Por aquello que nos enseño Aparicio Saravia donde la Patria es "dignidad arriba y regocijo abajo".

Un país donde desde el poder no se puede hacer cualquier cosa como apretar a periodistas con el simple expediente del insulto presidencial donde repartiendo "no seas nabo" rodeado de custodias el presidente se cree el patrón del rodeo.

Una sociedad donde decir por favor y gracias, y respetar a nuestros viejos no sea una excentricidad sino una señal de desarrollo como país y no prime ni el "tá" ni el "no seas nabo" patotero de las alturas.

La diferencia de fondo es de valores, recuperar una sociedad donde mirar más alto se pueda.

Para todos, uruguayos de toda creencia y condición, hoy y siempre, paz y bien.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad