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De buenas y de malas

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La actividad portuaria es, para nuestro país, mucho más que un servicio público o una industria: es un asunto político de primera importancia. Desde los inicios de nuestras raíces coloniales, basta recordar la lucha de puertos durante la segunda mitad del siglo XVIII. Las Instrucciones del Año XIII le asignaron una gran importancia a los puertos.

La actividad portuaria es, para nuestro país, mucho más que un servicio público o una industria: es un asunto político de primera importancia. Desde los inicios de nuestras raíces coloniales, basta recordar la lucha de puertos durante la segunda mitad del siglo XVIII. Las Instrucciones del Año XIII le asignaron una gran importancia a los puertos.

El Uruguay, durante mucho tiempo, fue el Puerto de Montevideo, ahora se agregan Nueva Palmira y otros puertos y puntos de transbordo de cargas en el río Uruguay.

Las estadísticas sobre la actividad del Puerto de Montevideo correspondientes al año 2014 pintan un panorama con claroscuros.

El año pasado el movimiento de carga manejado por el Puerto de Montevideo fue de 10,7 millones de toneladas, de los cuales 6,2 millones fueron mercaderías cargadas y 4,4 millones descargadas. Es prácticamente el mismo volumen que en el 2013. Para tener una idea de cómo ha cambiado la actividad portuaria recordemos que hace una década Montevideo manejó 5,4 millones de toneladas, y en el año 1990 (dos años antes de la Ley de Puertos), su movimiento total de cargas fue 1,2 millones de toneladas (una décima parte de su movimiento actual).

No solamente aumentó el volumen del movimiento de cargas sino que también cambió sustancialmente su composición. En el año 2014, el puerto manejó algo más de un millón de toneladas de carga general convencional, 2,7 millones de toneladas de gráneles y 6,9 millones de toneladas de carga estibada en contenedores. Montevideo es, esencialmente, un puerto dedicado al manejo de embarques de carga general y, dentro de esta categoría de cargas, es un puerto especializado en el manejo de contenedores.

Esa estructura de la demanda por transporte marítimo se refleja en su oferta. En el movimiento de buques que acuden al Puerto de Montevideo.

En 2014, el movimiento de buques del puerto (buques arribados) fue de 4.601 buques que sumaron, en total, 64,2 millones de toneladas de registro bruto. En realidad ese tonelaje está muy concentrado en dos o tres clases principales de buques: predominan los buques portacontenedores que sumaron 42 millones de toneladas de registro bruto (70% del movimiento total), luego siguen los cruceros, que sumaron 7,2 millones de toneladas de registro bruto (12%) y los buques roll-on roll-off que sumaron 4,3 millones de toneladas de registro bruto (7,3%).

El movimiento de buques del año pasado tuvo dos características alentadoras: primero, no disminuyó el movimiento de buques portacontenedores medido en capacidad de carga (estos buques son cada vez más grandes); y, segundo, aumenta el movimiento de barcazas y de buques de cabotaje que nos comunican con el resto de la región. Ello sugiere que el puerto continúa progresando a pesar de las medidas discriminatorias argentinas.

Esas medidas, sin embargo, tuvieron un impacto importante sobre el movimiento de contenedores de Montevideo.

El puerto movió 826.962 TEU en el año 2013 y 775.651 TEU en el 2014. Esa disminución se debió a la notable caída del movimiento de contenedores en transbordo o tránsito, que disminuyó de 416.884 TEU a 339.923 TEU. Como resultado, la proporción de estos contenedores, que son exportaciones de servicios, en el movimiento total del puerto se redujo del 50,4% al 43,8%.

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Juan Oribe Stemmer

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