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Poco antes de que el presidente argentino, Mauricio Macri, viajara a Colonia para reunirse con el presidente Vázquez, su ministro de Transporte derogó la Disposición 1108/2013 que fuera aprobada por la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de aquel país, el 23 de octubre de 2013.

Poco antes de que el presidente argentino, Mauricio Macri, viajara a Colonia para reunirse con el presidente Vázquez, su ministro de Transporte derogó la Disposición 1108/2013 que fuera aprobada por la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de aquel país, el 23 de octubre de 2013.

Esta medida prohibió que los exportadores argentinos hiciesen uso de los puertos uruguayos para embarcar sus cargas con destino a ultramar. Fue una medida anacrónica, más propia de la década de 1970, dirigida a la yugular de nuestro país.

La decisión del presidente Macri fue dos veces buena.

Primero, porque eliminó de la agenda argentino-uruguaya uno tema ríspido y difícil de justificar de los puntos de vista jurídico o práctico (aunque todo era posible en la dimensión desconocida de la política exterior del kirchnerismo). Segundo, porque la derogación liberó las exportaciones argentinas de un gravamen autoimpuesto que perjudicaba a los embarques de productos agropecuarios. La política económica aplicada por el nuevo gobierno de Macri necesita fomentar al máximo las exportaciones para generar el imprescindible ingreso de dólares que Argentina precisa para su desarrollo económico y social.

Despejada esta causa de irritación se abre el camino para desarrollar estrategias bilaterales encaminadas a fomentar el desarrollo de los servicios de transporte acuático (fluvial, cabotaje y marítimo) y portuarios en el Río de la Plata.

Es posible pensar en varios temas que podrían interesar a los dos países.

Un artículo en el periódico argentino El Cronista enumera entre las preocupaciones argentinas, a la elaboración de un acuerdo bilateral de cargas, el establecimiento de nuevas áreas de servicios y zonas de transferencia de cargas, y medidas para mejorar la utilización de los Canales de Martín García, y aspectos relativos al empleo de prácticos.

Las preocupaciones del Uruguay son conocidas e incluirían los proyectos portuarios en Nueva Palmira, el dragado de profundización de los Canales de Martín García para llevarlo a la misma profundidad que el Canal Mitre, y el impacto del proyecto argentino para la construcción del canal Magdalena.

En julio de 2013, la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables argentina definió la traza de un nuevo canal proyectado para unir la zona denominada El Codillo del Canal Punta Indio, con las aguas de 12 metros de profundidad próximas a la Bahía de Samborombón. Esta propuesta significaba cambiar el eje de la navegación comercial con los puertos argentinos del Río de la Plata y su Cuenca, de la ruta del Norte a la del Sur.

El proyecto refleja la legítima preocupación de nuestro vecino de mejorar la comunicación entre sus puertos del Paraná y del Río de la Plata para facilitar el tránsito de sus crecientes exportaciones de gráneles.

Afortunadamente, los dos países disponen de un marco jurídico bilateral conciliar sus intereses y contribuir a sentar las bases de una más amplia cooperación en todo lo referente a la navegación y puertos en el Río de la Plata. Este marco tiene dos grandes elementos: el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, suscrito en 1973; y las comisiones binacionales argentino-uruguayas establecidas en cumplimiento de aquel acuerdo.

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Juan Oribe Stemmer

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