Publicidad

También es entre todos

Compartir esta noticia
SEGUIR
JUAN MARTÍN POSADAS
Introduzca el texto aquí

La atención del país ha quedado centrada en enfrentar el coronavirus. Tenemos claro dos cosas: se sabe poco sobre esa enfermedad y para enfrentarla es necesario un esfuerzo mancomunado.

Así lo hemos encarado: un esfuerzo colectivo encabezado por el gobierno y una colaboración general asombrosa. El esfuerzo así dirigido y así desplegado ha hecho que se consolidara una causa nacional, un compromiso nacional, de un país entero, sin tinte político partidario, traducido en cientos de iniciativas y acciones concretas.

Así las cosas, han quedado espontáneamente descalificadas iniciativas que buscaron marcar presencia más que ofrecer ayuda. El caso más emblemático (y patético) fue aquel equipo de especialistas que iba a convocar el Frente Amplio para ser dirigido por Tabaré Vázquez.

En la medida en que vaya pasando el tiempo y se sigan haciendo bien las cosas, el país irá abriéndose a una nueva etapa. En eso estamos. El peor error conceptual sería imaginar ese paso como un retorno, una victoria sanitaria que nos permitiría retomar la vida tal como era antes. Hay que hacerse a la idea que una vez neutralizada la amenaza sanitaria el país no quedará desafectado por el coronavirus: tendrá que abocarse a los daños económicos que este ha producido.

El paso que viene, el de centrar la atención y el esfuerzo en lo económico, deberá tener o mantener la característica esencial del paso que ya hemos casi culminado, es decir, tendrá que ser necesariamente un esfuerzo mancomunado. La consigna de “al coronavirus lo derrotamos entre todos”, que ha sido incorporada de corazón por toda la sociedad, continúa, es necesario que se mantenga, para lograr un resultado nacional favorable también en la lucha contra los destrozos económicos. De la misma manera en que no hubo ni habrá una victoria sanitaria sin un esfuerzo mancomunado, tampoco habrá una reparación y reacomodo económico sin un esfuerzo nacional mancomunado.

Este esfuerzo mancomunado en lo económico es más difícil que el anterior, el de las medidas sanitarias, porque la economía tiene sus particularidades. La economía es competitiva. No es verdad, como afirma el pensamiento marxista, que la economía es un juego de suma cero, lo que gana uno es a costas de lo que pierde el otro. Pero tampoco es el irónico panorama de un ganamos todos si nos ponemos de acuerdo. Aun eliminada la competencia salvaje hay rubros económicos cuya lógica es: a ver quién llega primero. Sin embargo hay un estado de devastación -a no asustarse pero ya está presente- que permite y recomienda acordar un pacto inicial a los efectos de que sea posible restablecer la vida económica del país. Allí, en ese segundo paso que está por inaugurarse, entrará en juego la prolongación del espíritu forjado en esta primera etapa: el restablecimiento de la actividad económica lo vamos a lograr entre todos. El acuerdo cauteloso para recomenzar la actividad en la construcción ha sido un primer tanteo sabio que habrá que emular.

Tampoco esto implica una abolición de la política. Hay emergencias, no solo sanitarias sino económicas y sociales, que requieren el concurso mancomunado de todos y para cuya resolución no se pide ni se requiere abdicación alguna de compromisos o fidelidades políticas. Lejos de abolición de la política se abre una convocatoria a la buena política, que no es otra cosa que negociación. Así como hemos sido capaces de lo primero, en el mismo espíritu lo seremos de lo segundo.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premiumJuan Martín Posadas

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad