Publicidad

Rasgo básico de la política

Compartir esta noticia
SEGUIR
juan martín posadas
Introduzca el texto aquí

Se han planteado ciertas iniciativas para mejorar el nivel del intercambio político refrenando la agresividad. Iniciativa inobjetable. Pero es menester analizar un poco más antes de aplaudir a los que se presentan como promotores del diálogo.

El diálogo sería el instrumento más apto para moderar el entrechocar de las discrepancias políticas. En cuyo caso conviene empezar por examinar cuáles son las discrepancias. Circula una montaña de discursos que habla de dos modelos de país enfrentados: el de la coalición de gobierno y el modelo de la coalición frenteamplista. Esa sería la discrepancia madre. Creo que esa es una visión equivocada. Más allá de que, efectivamente, haya componentes políticos e ideológicos distintos en cada una de las dos coaliciones, lo que hoy genera la agresividad que casi todos deploramos y compromete las perspectivas de un diálogo civilizado, no es la existencia de dos modelos de país. Y no lo es porque no hay tal cosa. Veamos.

No hay dos proyectos de reforma del sistema jubilatorio: hay uno solo, el del gobierno; el Frente no presenta nada, solo ataca y contradice el proyecto del gobierno. Y no hay dos proyectos sobre el puerto: hay uno solo, el de la coalición de gobierno y un ataque del Frente contra eso. No hay dos proyectos para solucionar el problema del agua potable en Montevideo; hay uno solo, el plan Arazatí al cual se opone con todo el Frente. No hay dos proyectos de reforma educativa: hay uno solo al cual el Frente dice no. Y así sucesivamente. Hay que analizar mejor las características del enfrentamiento

El rasgo básico de la situación política del Uruguay de hoy -que ofrecen la clave para interpretar el período- comprende la realidad del fin de la hegemonía frenteamplista. El talante político del país tuvo un cambio, hubo una toma de distancia de aquel estilo y de aquel elenco de gobierno. No es un viraje de 180 grados ni un cambio total: eso nunca sucede en el Uruguay. Pero se cortó un periodo, se agotó un discurso. Para algunos, cesó una intimidación. Se hizo oír otra palabra.

En el imaginario del frentista puro el mundo como debe ser es un mundo gobernado por los progresistas y desalojado de cualquier otro. Los progresistas son ellos, naturalmente. En el imaginario de los partidos de la coalición de gobierno el mundo como debe ser es un mundo donde rotan los partidos en el gobierno, es sano que así sea, es patológico cuando gobiernan los mismos mucho tiempo.

El gobierno y el Partido Nacional deberían dirigirse a la ciudadanía exponiéndoles la situación política básica: hoy no hay dos proyectos de país en juego. Hay un solo proyecto (de jubilaciones, de puerto, de educación, de agua potable, etc. etc.) Y hay un no rotundo y cerrado a todo eso de parte de un partido que considera que la mayor desgracia y el mayor contratiempo para el Uruguay está en que ellos no hayan podido seguir en el gobierno. Lo único que discute el Frente Amplio cuando parece que discute sobre sistema jubilatorio, educación, puerto, agua potable y todo lo demás, es que ahora haya otros en el gobierno y no más ellos.

Teniendo en cuenta que este es el rasgo básico o la característica principal de la realidad política nacional actual, no hay que sorprenderse del carácter atrabiliario de la discusión política ni hay que insistir en un diálogo con quienes no están pensando en propuestas o soluciones para el B.P.S., la educación, el puerto, etc. etc. sino en volver.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Juan Martín Posadas

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad