En estos momentos difíciles en los que el país tendría que estar concentrado en el combate contra el coronavirus y sus consecuencias en la economía y volcado a la consideración de un presupuesto complicado por las secuelas de la política económica heredada, ha estallado con singular estruendo la notificación del contenido de las actas del Tribunal de Honor Militar al Coronel Gilberto Vázquez fechadas en el año 2006 y hechas públicas recién ahora por el Ministro de Defensa Senador Javier García.

Los uruguayos nos habíamos ido haciendo una imagen de los atropellos cometidos en los cuarteles durante los años de lucha contra la guerrilla recogiendo pedazos de información de aquí y de allá pero nunca habíamos tenido contacto directo con una confesión tan descarnada y brutal como la que contienen esas actas. Ha sido un choque estremecedor. Se abrieron dos líneas de interrogación; ¿cómo se llegó a sucesos y acciones como las que describe y se atribuye G. Vázquez? Y ¿cómo es que existiendo documentación al respecto recién se hayan conocido ahora?

El fallo del Tribunal de Honor al Coronel G. Vázquez fue homologado por el Presidente Tabaré Vázquez en su primera presidencia. No se puede sostener que Tabaré Vázquez haya firmado sin saber lo que firmaba o sin querer que eso se supiera. Los voceros del Frente Amplio y en particular el Dr. Bayardi, que fue subsecretario de Defensa en esa época, se defienden (y lo defienden) argumentando que se firma el fallo pero no la totalidad de las actuaciones del mencionado Tribunal. Esa respuesta no satisface. Es poco creíble que, en un asunto que el Frente Amplio ha proclamado siempre como prioritario (verdad, toda la verdad y que no se oculte nada) no se haya revisado la información completa. El Presidente encaró la búsqueda y desenterramiento en los predios militares de los cuerpos de los desaparecidos ¿por qué iría él mismo a enterrar esta información? No es una explicación seria.

¿Los militares le escamotearon la información? Desde el primer día de gobierno el Frente Amplio sacó a todos los militares de los cargos administrativos del Ministerio de Defensa y puso en su lugar a civiles de su confianza (frenteamplistas todos). ¿Ninguno de ellos buscó y leyó la totalidad de las actuaciones de los Tribunales de Honor? El reglamento de los mismos prescribe que se han de elevar todas las actuaciones -no un resumen- para su homologación por el Presidente de la República. ¿Qué pasó realmente?

El flamante secretario político del Frente Amplio Rafael Michelini declaró a El País: “quizás tuvimos que, no solo nosotros sino la justicia, la sociedad, el periodismo y los propios familiares, haber pedido (la información) en ese momento y no catorce años después”. Excluyendo la justicia y el periodismo, con los cuales Michelini no tiene nada que ver, la pregunta resuena. ¿Por qué no buscaron la información en su momento? Y si alguien la buscó ¿por qué no se la dieron?

Todos nos hacemos estas preguntas. El único que tiene que proporcionar una respuesta es el Frente Amplio. No una excusa: una respuesta. A esta altura hay mucha gente, desde distintos ámbitos de la nación, pidiendo explicaciones. Quienes las necesitan con mayor urgencia son los votantes frentistas. Quienes las reclaman con mayor estupefacción son los familiares de los detenidos desaparecidos.