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Hábleme claro

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Se han levantado voces, desde distintas procedencias, criticando esta campaña electoral como muy llena de generalidades y muy flaca de propuestas definidas. Según esta visión los diferentes candidatos intercambian críticas y dardos verbales pero no proponen cosas muy diferentes unos de otros, lo que hace que esta campaña electoral sea, según esos críticos, un tanto aburrida.

No comparto esa impresión. Además, como lo contrario de aburrido es divertido, me espanta pensar una campaña electoral meramente divertida, sobretodo porque "la diversión" podría derivar en hacerla más sangrienta. Esperemos que no.

Eso no quita que sea siempre deseable que los candidatos planteen claramente tanto su visión del país como sus propuestas de gobierno. Porque, efectivamente, puede haber un riesgo de desdibujamiento o vaguedad, abrazada como virtud (o como táctica). Digo esto porque los partidos políticos uruguayos son definidos por la academia como partidos "catch all", es decir, partidos

Se han levantado voces, desde distintas procedencias, criticando esta campaña electoral como muy llena de generalidades y muy flaca de propuestas definidas. Según esta visión los diferentes candidatos intercambian críticas y dardos verbales pero no proponen cosas muy diferentes unos de otros, lo que hace que esta campaña electoral sea, según esos críticos, un tanto aburrida.

No comparto esa impresión. Además, como lo contrario de aburrido es divertido, me espanta pensar una campaña electoral meramente divertida, sobretodo porque "la diversión" podría derivar en hacerla más sangrienta. Esperemos que no.

Eso no quita que sea siempre deseable que los candidatos planteen claramente tanto su visión del país como sus propuestas de gobierno. Porque, efectivamente, puede haber un riesgo de desdibujamiento o vaguedad, abrazada como virtud (o como táctica). Digo esto porque los partidos políticos uruguayos son definidos por la academia como partidos "catch all", es decir, partidos deliberadamente anchos como para abarcar un máximo del espectro político, juntando votos por una punta y por la otra. La pretensión de no dejar a nadie afuera despierta el apetito electoral de los candidatos porque aumenta las posibilidades de ganar la elección (cualquier monedita cuenta), pero complica enormemente el ejercicio del gobierno, que es aquello para lo cual se quiere ganar. El ejemplo más cercano de esa dificultad es el actual gobierno del Frente Amplio, que tiene -y políticamente necesita- dos equipos económicos.

Dentro de la pretensión de amplitud, los partidos tienen que definirse y manifestar con claridad a favor de qué están y en contra de qué. La apuesta "catch all" es arriesgada: un candidato que no se define, que quiere parecerse al otro para robarle votos, termina siendo una cosa amorfa y poco atractiva. Creo que en este momento particular del Uruguay la mayoría de la gente acepta la diferencia, aprecia la diferencia y va a votar en consecuencia.

Por otro lado hay aspectos de la realidad nacional que son de naturaleza tal que intimidan al político "orejeador" y lo inducen a no jugarse. Por ejemplo el tema sindical, que hoy es algo muy diferente a lo que era dos o tres elecciones atrás. Todo lo que ha pasado y está pasando en ASSE, donde hay un preso por vender paz sindical; todo lo que ha pasado y está pasando con el plan sindical de viviendas que mueve quinientos millones de dólares sin control ni conocimiento hasta de los propios directivos del PIT-CNT; los desplantes de un paro nacional del transporte porque fue sancionado un chofer que se bajó del ómnibus para asistir a un partido de futbol; o el trabajador cesado por incumplimiento que es promovido a delegado sindical para que no lo puedan echar; o los dos visitadores médicos que tienen ingresos mensuales por arriba de los cien mil pesos mensuales y tantas cosas más que todavía no se saben; todo eso, que es un problema gordo y nuevo en nuestro país (a diferencia de Argentina, por ejemplo) demanda una posición clara: ¿Qué piensa el candidato de esa situación y qué piensa hacer si es gobierno?

Quizás algún asesor le diga: no te metas que vas a perder votos. Otro, más honesto o más avisado, le dirá: si no hablas claro en esto vas a perder el respeto de todos. Ya se va viendo una diferencia en este sentido entre los candidatos que están en campaña electoral.

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Juan Martín Posadas

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