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China y algo más

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JUAN MARTÍN POSADAS
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La noticia que ha despertado más atención y mayores comentarios en las recientes semanas es el anuncio de que el país, esta vez en serio, ha comenzado a dar los pasos necesarios hacia un tratado de libre comercio con China.

La mayoría de esos comentarios y opiniones versan sobre el aspecto económico. Como no soy economista voy a tomar otros ángulos: parecerán secundarios pero no lo son.

El primero -y en las circunstancias que corren, importantísimo- es que el Presidente haya convocado a todos los partidos para informar. Fue un gesto político que el Uruguay necesita tanto o más que el comercio con China. Marca, de forma simbólica, el reconocimiento de la variedad de partidos que componen significativamente el universo político del Uruguay y, además, muestra la disposición a la inclusión de todos ellos en el abordaje de los grandes asuntos nacionales.

Así como en su momento la Ley de Urgente Consideración -principal proyecto del partido de gobierno- fue abierta para su discusión en el Parlamento y allí se modificaron algunos artículos y se suprimieron otros, esa misma disposición de apertura está presente en este caso del tratado con China.

Todos sabemos que los gobiernos anteriores, presididos por Vázquez y por Mujica, tendieron redes y desplegaron iniciativas para lograr un tratado comercial con China. Es de suponer que dichos antecedentes le hagan muy difícil a los dirigentes frentistas de hoy oponerse a la iniciativa actual de Lacalle Pou. Me sospecho que van a empeñarse a fondo para superar esa dificultad y lo van a conseguir.

El Frente Amplio se ha arrinconado en un negativismo al barrer que lo banaliza como partido político y lo anula como oposición necesaria. La muestra (la de esta semana… sin perjuicio) es la interpelación al Ministro del Interior sobre la enorme importancia de aclarar si un conocido preso que se fugó lo hizo por la puerta o por un agujero en el tejido. Todo es posible para quienes invitan a firmar para la derogación de artículos de la LUC que ellos mismos votaron afirmativamente en ambas Cámaras. Pero la política de inclusión y convocatoria abierta se entabló y se mantendrá por convicción y sin cálculo alguno de eventual reconocimiento.

El segundo aspecto que quiero destacar es el siguiente: hay que advertir que el anuncia del Presidente refiere tanto a China como al Mercosur; señala un destino pero, a la vez, está abriendo una puerta, la cual quedará abierta aunque ese destino eventualmente no se alcance. El tratado con China saldrá o no saldrá pero el Uruguay ha levantado la vista, está mirando lejos, está cambiando de actitud respecto a sí mismo y a su lugar. Y eso es hoy una réplica de lo que fue el núcleo de la convocatoria electoral victoriosa y de lo que este gobierno quiere hacer.

No es tan difícil interpretar el cerno del proyecto y adelantar camino en la confección del relato básico. Un par de semanas atrás escribí aquí mismo que el relato del compromiso básico, el que puede ser descifrado en cada uno de los pasos del gobierno, fue y es “que el Uruguay se desplazase de la modorra repetitiva hacia una disposición de movimiento, de entusiasmo, de soltarse… o algo equivalente”.

Una parte de la ciudadanía entendió, otra parte no (una tercera parte está aguaitando). Pero se van dando pasos y la disposición a caminar ya no es vista como una locura imprudente.

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