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¡Sí, se puede!

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RODOLFO SIENRA ROOSEN

Estamos a un año de lo que no dudamos es voluntad mayoritaria de los uruguayos: que cambie el gobierno. Somos más los que hoy queremos que el Frente se vaya, que quienes no. Pero hay muchos rabos por desollar todavía, entre ellos, el saber quiénes serán los candidatos, su potencial de captación de votos extra partidarios ante una definición que se está perfilando entre el Partido Nacional y el Frente Amplio con una casi segura segunda vuelta para la elección presidencial.

Eso se va a dilucidar en poco tiempo y que nadie se sorprenda si se da el batacazo que el nacionalismo obtenga el primer lugar en octubre.

Otra incógnita que no es menor es la de cómo va a votar la oposición en dos departamentos claves como lo son Montevideo y Canelones. Se puede dar casi como un hecho que algún departamento perdido por el nacionalismo, de gran importancia electoral como Maldonado, va a ser recuperado. Lo mismo se puede decir de los demás, pero Montevideo y Canelones son fundamentales. Hoy vamos a centrar nuestro comentario en la capital de la República.

Tradicionalmente Montevideo ha sido adverso para el Partido Nacional, que sólo ganó la elección departamental en 1958. Sin embargo a la pregunta de si se puede ganar, vamos a dar la respuesta de Obama: sí, se puede. Para ello nos parece muy importante que al tiempo de las primarias de junio ya existan definiciones sobre él o los candidatos a Intendentes, por lo menos en Montevideo. Puede ser un candidato único, dos, o tres. Y naturalmente, tienen que ser figuras de trayectoria relevante, que despierten la confianza del electorado.

Un legislador nos comentaba de la importancia de tener una gran votación en Montevideo, porque en la capital se generan tanto opinión como estados de ánimo, que después se expanden por el país. Así, una buena votación nacionalista montevideana en las primarias puede ser la antesala de una mejor votación todavía en octubre y ni que hablar en la segunda vuelta. Es que si bien hay diferencia entre los temas que interesan a escala nacional y departamental, en un país de poca extensión geográfica en donde las comunicaciones hoy en día lo han globalizado por adentro, esa diferencia ya no justifica el doble proceso electoral.

Y fundamentalmente, ya no es discutible es que los casi diecinueve años de administración frenteamplista han sido un desastre. La Intendencia ha dilapidado dinero. Vázquez primero concedió un aumento de sueldos irresponsable. Los dos períodos de Arana fueron funestos. Desde el acuerdo con Adeom, hasta el tema de los casinos, el estado de las calles, el bochorno del Hotel Carrasco, la grosería impositiva, todo eso es imputable a la misma fuerza política que quiere seguir gobernando al país. Y el caso de los hurgadores, circulando sin atender a una sola norma de tránsito ni bromatológica, y desparramando los desperdicios de los contenedores de basura -que como gran novedad ahora van a aparecer pintados de naranja y no de verde- no se conoce ni en el África.

Es claro que se puede ganar Montevideo. Es más, tendría que ganarse, aun admitiendo la condición masoquista del votante cautivo de izquierda.

Lo que me preocupa es a pesar de la importancia de este tema no hemos sentido aún hablar una sola palabra del mismo.

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